Represión policial como en las épocas funestas de gobiernos neoliberales

Radio noticias. Segundo día de  enfrentamientos entre mineros, maestros, trabajadores en salud con efectivos de la Policía Nacional.

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Los policías en La Paz volvieron a apretar los gatillos de los lanzagases para dispersar las masivas movilizaciones de la Central Obrera Boliviana, los gases que saltaban como pipocas recordaban una vez más las épocas funestas de los gobiernos neoliberales que respondían con bala y con gases el pedido salarial de los trabajadores.



Tras los gases también el descontrol en los efectivos policiales que, temerosos de los cachorros de dinamita, gritaban para tratar de ordenar sus filas y sus movimientos, igualito que en el pasado.

Los miles de trabajadores que salieron nuevamente a las calles de La Paz para exigir del gobierno un incremento salarial para todos los trabajadores del país tuvo una vez más una dura respuesta de los efectivos policiales que indiscriminadamente lanzaron los gases sin interesarles la gente que pasaba por las calles. Los marchistas que partieron desde la avenida Perú llegaron hasta las esquinas de la Plaza Murillo donde fueron reprimidos.

“Si este no es el pueblo, en pueblo dónde está. Si este no es el pueblo, en pueblo dónde está”

Jaime Solares, dirigente de la Central Obrera Departamental de Oruro, fue consultado al respecto, ¿otra vez las represiones como en el pasado?

La gente humilde, la gente del `pueblo pensamos que con Evo Morales se iba acabar las marchas, las injusticias y esta clase de cosas, pero las cosas vuelven a lo mismo. Hace tiempo atrás 5 personas hemos levantado las manos juntas para derrotar al neoliberalismo: Felipe Quispe, Roberto de la Cruz, yo, el propio Evo Morales que ha traicionado la agenda de octubre, no hay salarios, mientras ellos ganan $us.2.000 cada mes hay compañeros que ganan $us.116 dólares al mes que no alcanza para nada, no es para mí, en vano hablan de mi salario. La prensa ha podido constatar cómo la gente aplaude la lucha de los mineros. No tenemos armamento ni nadie nos maneja a nosotros, ningún partido político, ésta es una lucha social’.

Una vez más los trabajadores que llegaron desde el interior del país se apoderaron de las céntricas calles de la sede de gobierno paralizando el tráfico vehicular y provocando zozobra en la ciudadanía que corría de un lado para otro mientras los marchistas le gritaban mueras al gobierno. (Fides)

Ref. fotografía. Los Tiempos.