El dedo hacia el sol

Karen Arauz

karen-arauz He sido increpada por un amigo lector por el contenido de mis notas. Su argumento -muy válido por cierto- es que últimamente no se encuentran artículos en la prensa independiente que destaquen algún ángulo válido del accionar del gobierno. “¿No encuentra nada positivo para decir de la administración de Evo Morales?” me escribe en tono de regaño.

Honestamente me afané en encontrar algo bonito sobre qué escribir para su tranquilidad y la mía. El Presidente Evo Morales cumple con el anhelo de 129.000 maestros, al hacer entrega de las iniciales computadoras con un costo aproximado de 450 millones de bolivianos. Qué buena cosa, hasta acá… porque en cada una está grabada la imagen de SE. En mi pueblo a eso le llaman culto a la personalidad o egocentrismo si es más fácil. El ministro dice que es por “seguridad”. No hay caso, si no lo arruinan de entrada, lo hacen de salida.



Ay Dios. ¿Cómo hago para no pensar que el que a los empleados de la frondosísima administración pública se les esté beneficiando con un bono de mil bolivianos a horas de sus elecciones judiciales -digo suyas porque ya pronosticó “que ganará” en algunos lados por 70, 80 y hasta el 110 % – no me suene a prebenda? Y eso no lo hizo ningún columnista. Lo hizo el Presidente.

Sigamos buscando. El Gobernador de La Paz muy generoso, ha garantizado que la marcha del TIPNIS llegará a la ciudad sin más contratiempos (llamar “contratiempo” a la salvaje intervención del 25 de septiembre, ya desagrada). La senadora Cruella de Ville Montaño, se muestra conmovida por la sacrificada marcha pese a su infructuoso viaje. Vaya qué simpática. Y el flamante Viceministro de Gobierno, pide a la ciudadanía recibir a los marchistas con aplausos. Hay posiciones que traspasan los límites de lo soportable por venir de donde vienen.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Pero sigamos tratando. Los marchistas llegarán a La Paz luego de las elecciones judiciales para no ser utilizados como pretexto si algo sale mal. La universidad, autónoma como es, ya ha dispuesto espacios para alojar a los indígenas de tierras bajas. En contraposición, la gigantesca concentración de apoyo al Gobierno – que luce asustado y nervioso- cuenta con una infraestructura logística digna de toda envidia. Decenas de lujosas vagonetas sin placa -ídem grandes buses- se muestran muy prestos a “colaborar” con el patriótico convite. El senador Dávalos cantinflea y dice que que es, pero no exactamente un cierre de campaña. La prohibición del término “campaña”, impide a Obando en esta oportunidad, lucir su polera y su bandera de furibundo militante masista. Como fuere, será una concentración de apoyo al oficialismo y la totalidad de sus candidatos para las ingeniosas elecciones del 16. Y de taquito, clamar por la carretera de la discordia.

Los famosos numeritos impúdicamente asignados al lado de cada candidato ya están siendo instruidos para el voto consigna. Aunque se garantiza que cualquiera estaría bien, hay unos mejores que otros. Así que como chanchullo de colegio, los amaestrados irán nomás a votar por unos numeritos que llevarán anotados en la palma de la mano. De tal modo que con las debidas disculpas de mi detractor, anularé mi voto. Los librepensadores no permitimos que nos usen. Y no seré cómplice del engendro judicial que será el más funesto de todos los engaños a un país tan necesitado de verdadera justicia.

Es repulsivo que, pretendiendo recuperar credibilidad, lleguen al extremo de montar un show con la imagen de la Virgen del Carmen por primera vez en seis años y ocho meses al hall de Palacio de Gobierno. El país entero sabe que estos gobernantes desprecian la religión y sus símbolos y ni se respetaron las conmemoraciones más arraigadas. Burda artimaña que no pasa desapercibida.

El retiro del hemiciclo de los diputados indígenas -hasta ahora bajo la bancada masista- porque se niegan a sustentar la aprobación de una ley que pudo ser buena hace meses atrás, es una muestra palpable de lo alejado que está el gobierno de sus bases de sustentación y que lo único que les queda es el crudo prebendalismo o la amenaza.

Cuando el Presidente se despoje de la coraza de soberbia y decida trabajar por todos los bolivianos; cuando decida dejar de enfrentar y de exacerbar los ánimos en afán de finiquitar la institucionalidad; cuando comprenda que el unipartidismo es un proceso que está haciendo aguas por sus cuatro costados y cuando admita que es en virtud a sus propias acciones que la situación política está cada vez más turbia, quién sabe volveré a contar con el favor del amigo lector.

Mientras tanto, la televisión gubernamental y una que otra opinión escrita en ciertos medios, puede ser la alternativa de escape de la realidad que está buscando.