La recuperación santa tiene nombre y apellido, Álvaro Pintos, que la semana anterior ayudó con un tanto para vencer en la Villa Imperial a Real Potosí y ayer firmó los dos goles. Una cosa —los triunfos— y otra —los goles de Pinto— coinciden para este momento de recuperación que experimenta el orureño. Aurora, vapuleado a mitad de semana en Río de Janeiro por el Vasco da Gama brasileño, que lo despachó de la Copa Sudamericana con un 8-3, parece estar acusando recibo, en lo estrictamente anímico, de los rigores de ese punto y final en el torneo internacional. Ayer el ‘equipo del pueblo’ estuvo por debajo de su habitual producción, colectivamente fue menos que otras ocasiones e individualmente lo mismo, los Reinoso y compañía no aparecieron mucho. Tal vez se deba suponer que le afectaron las varias bajas por las expulsiones sufridas en un partido anterior: no estuvieron Huayhuata, Robles ni Andaveris, y eso pudo mermar su rendimiento. Más allá de esa suposición, lo que no se puede hacer es quitarle mérito al triunfo de San José, un equipo compacto cuyo afán —a veces muy ordenado, otras desprolijo— fue ir al frente en procura de romper esa mala racha que le perseguía, de no poder ganar en su casa. Se sacó el clavo aunque para que su producción futbolística encontrara recompensa tuvo que esperar hasta el segundo tiempo.
En el primero dominó y tuvo varias opciones. La primera fue un gol anotado por Albarracín que el árbitro anuló por posición adelantada. Luego Ribera exigió a Lanz y de a poco fue apareciendo la figura de Miguel Loaiza, un talentoso que al parecer está volviendo a su nivel. Con él manejando los hilos, el equipo orureño fue creando condiciones como para que la apertura de la cuenta se acercara cada vez más, y es que el Santo hacía suficientes merecimientos. Lanz tuvo harto trabajo: un remate de Loaiza, otra estirada ante un cabezazo de Maraude y una salvada porque ‘Dios es grande’, cuando el ex Real Potosí se metió en el área, encontró espacio y mandó un zurdazo haciendo que la pelota rozara el travesaño y se fuera de la cancha. De contragolpe, Aurora había tenido alguna ocasión para inquietar a Lampe: Peña y Reinoso fueron los que más le preocuparon. La segunda parte fue la de los goles. A los 7’ Álvaro Pintos recibió un pase y remató con precisión hacia el palo derecho de Lanz, dejándolo sin chance. Fue la apertura. Ese tanto tranquilizó a San José, cuya virtud fue la de no conformarse y más bien insistir, y producto de esa ambición vino el segundo, del mismo Pintos, pegándole a la pelota de primera, sin que rebotara en el piso después de un corto rechazo de un zaguero en el área (20’).
Como por arte de magia reaccionó Aurora. Se vio en desventaja y salió a intentar la hazaña o el milagro. Tuvo chance, a no dudarlo: Darwin Peña, Reinoso y Sanjurjo estuvieron cerca, pero sus definiciones fueron defectuosas. Villalba volvió a salirse de sus casillas, insultó y se fue expulsado (42’), aunque inmediatamente (43’), Edson Zenteno consiguió el único tanto de Aurora mediante un cabezazo. Fueron minutos dramáticos los finales. Aurora quiso, pero no pudo. Reaccionó tarde y San José sumó, merecidamente, otros tres puntos. La figura – Álvaro Pintos Pintos le ganó a Loaiza la pulseta para ser el mejor del partido gracias a sus goles. La precisión con la que definió fue vital para la victoria. El árbitro – bien Juan Nelio García se preocupó de los detalles mínimos y eso le llevó a tener una buena tarea. Estuvo bien secundado por sus asistentes.
Fuente: Unitel.
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