A corregir la constitución

Humberto Vacaflor GanamEl entusiasmo revolucionario del MAS está dando paso al pragmatismo más secante y neoliberal que acaba de ser resumido por el presidente Evo Morales con la frase: “No sabemos si afortunadamente o desafortunadamente, Bolivia siempre ha vivido de exportar materias primas”.Fue la repetición de un criterio sobre la necesidad de que nada frene el ingreso de las empresas petroleras a la región amazónica, “porque si no, ¿de qué vamos a vivir?”.Las críticas del mandatario a los pueblos originarios que exigen el cumplimiento del principio constitucional por el cual la explotación de cualquier recurso natural requiere de una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) son de todos los días.Y el gobierno acaba de anunciar que se propone aprobar una nueva normativa para esto de las consultas previas con los pueblos originarios, a fin de acelerar las cosas.Desde el otro frente, los guaraníes han sido denunciados de haber firmado un acuerdo con las petroleras, que les pagan 135.000 dólares al mes para que no molesten.Y los originarios lecos, mosetenes y tacanas, en el norte de La Paz, han incursionado en actividades mineras, explotando oro en los ríos de la zona, sin licencia ambiental.Es decir que ni el gobierno ni los esos pueblos originarios quieren que la explotación de los recursos naturales sea frenada por estos trámites burocráticos y latosos que demoran las cosas.El argumento del gobierno en el caso TIPNIS es que unos cuentos pueblos originarios no pueden oponerse al progreso de la zona, que llegaría raudamente por una millonaria carretera, portadora de cocaleros, narcotraficantes, vendedores de ropa usada, además de algún médico que les explique a esos “salvajes” cómo es que no conviene seguir usando la medicina de las raíces y las hierbas curativas en vez de hacerle gasto a las grandes transnacionales farmacéuticas.Entonces, ¿para qué vamos a seguir mintiéndonos? Eso de los derechos de los pueblos originarios y de la Pachamama era solamente un slogan para los incautos.La constitución de Sucre-Calancha-Oruro tiene que ser o anulada totalmente o corregida para que refleje los cambiantes vientos del gobierno del cambio.