El Estado corporativo del despilfarro

Guillermo Capobianco Ribera

CAPOBIANCO OK La cumbre social convocada por el gobierno del Estado Plurinacional, debiera patentarse en un registro universal como “creación” del Lic. García Linera por echar por tierra la validez de los contenidos clásicos de la sociología moderna y de la ciencia política.

Es la nueva versión del Estado corporativo que tuvo gran auge en la Europa del siglo pasado durante las décadas previas al estallido de la Segunda Guerra Mundial.



El surgimiento de los caudillos populistas que pretenden “encarnar” no sólo la totalidad de las virtudes del pueblo soberano, sino también de sus instrumentos de representación institucional de intermediación entre la sociedad y el Estado.

¡Un solo país, un solo Estado Plurinacional, un solo líder!

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En el caso de Bolivia, desaparece el concepto de Nación, pues existen 36 y dos de entre ellas son las llamadas por la historia a ser mayoría y hegemonía a la vez. Todas las demás son naciones “subordinadas”.

Esa burda percepción se puso de manifiesto con la crisis del TIPNIS y la represión desmedida a la marcha de ciudadanos originarios dueños de tierra y territorio establecidos en la Constitución Política del Estado.

La Cumbre Social convocada por el Presidente Evo Morales será tal vez un instrumento para la legitimación de la acción política del órgano ejecutivo que absorbió las funciones y representación de todos los órganos del estado y se acogerá bajo el manto protector del “Padre Espiritual” que gobernará, según su creencia “obedeciendo al pueblo”.

La sensibilidad del pueblo “excluido”, la clase media urbana, empresarial, profesional, estudiantes, emprendedores independientes y las naciones originarias marginadas, les pone en alerta a la posibilidad de la reversión de la Ley Corta de protección al TIPNIS, de la suspensión de un solo golpe, como aconseja Maquiavelo, de la subvención al diesel y la gasolina y otras medidas “draconianas”.

Las medidas podrían tomarse bajo el slogan de gobernar “obedeciendo” al pueblo, vale decir a la cumbre social y con el beneplácito de organismos claves del llamado Imperio como la CEPAL y otros.

La cumbre social no tiene en este momento un equilibrio de poder, las potenciales bases del poder social, ciudadano, económico y político críticos al modelo, están bajo la amenaza del Órgano Judicial, de los Fiscales de toda materia y el temor de la etiqueta de ser tildados de la derecha y enemigos del “Proceso de Cambio”.

El Presidente Evo Morales, su entorno político de aduladores y su Partido, están en la disyuntiva de tomar las medidas anti populares y arremeter con la fuerza represiva policial o militar o dar un giro hacia la racionalidad, hacia la democracia activa y protagónica con el conjunto de las expresiones y actores de la sociedad boliviana.

En el vértice supremo de la pirámide política está el “Padre Espiritual” de las naciones originarias y Jefe de las seis federaciones de cocaleros del Chapare.