El Pontífice agradeció la gracia y el amor recibidos de parte de Dios durante el año, al oficiar el tradicional servicio religioso en la víspera del Año Nuevo en la Basílica de San Pedro.El Papa alabó a los voluntarios que trabajan con los oprimidos y se mostró preocupado por las familias que enfrentan problemas financieros. El pontífice se mostró reflexivo sobre el cambio del año. Un coro solemne entonó cánticos de alabanza y clérigos esparcieron incienso alrededor del altar decorado con flores, mientras el Papa rezaba en silencio.
Fuente: Unitel
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