La ilógica del salario mínimo

Rolando SchruppAl empezar un nuevo año nos encontramos con lo que ya es una costumbre: el análisis de cuanto subió la inflación y cuando debiera ser la compensación para subir por decreto el salario mínimo nacional. Resulta que esta lógica carece de una verdadera lógica pues se basa en un concepto autodestruible. Solo existe una forma de asegurar la subsistencia y esa es trabajando, y tanto el salario mínimo como la rigidez laboral a lo único que contribuyen es a aumentar el desempleo, condenando a más personas a no poder acceder a un trabajo y poder tener medios de subsistencia. Si el concepto es que el salario tiene que fijarse para que alcance pal chairo y los pibes no debiéramos solo compensar la inflación, debiéramos duplicarlo, o triplicarlo, es más, debiéramos tener un salario mínimo de 10.000 pesos, así todos felices y se podría «vivir bien». La realidad es que el salario mínimo es un ataque a los estratos más vulnerables y más necesitados en contar con una fuente de trabajo, pero que al no poder reproducir este salario mínimo no encontraran trabajo. Si el salario mínimo fuera 10 pesos y un estudiante tiene una productividad de 5 pesos, el contratante preferirá o la no contratación o la mecanización de esa actividad. La burocracia parasitaria no entiende esto y solo se dedica a justificar su ineficiencia en la generación de empleo, acusando y trasladando el problema a los que si trabajan y generan empleos, total, al final del día, su sueldo vendrá por resultado del mecanismo más usado de explotación a terceros: los impuestos, sin importarle que su estupidez en la toma de decisiones establece salarios mínimos y aumenta la rigidez laboral, aumentando el desempleo y la inflación, y condenando a los más necesitados.El Sol de Santa Cruz