Pesado equipaje de viaje

Carlos Miranda Pacheco

carlos-miranda S.E. ante la Cumbre Nacional de Organizaciones Sociales ha expresado: ¿Qué pasaría si Argentina y Brasil dejan de comprar gas a Bolivia? Hace unos meses, ante similar audiencia, hizo la reflexión de no oponerse a labores de exploración. Indico: “de qué vamos a vivir”. Analicemos ambas declaraciones en un solo contexto.

Es razonable esperar que ninguno de los contratos de exportación sea terminado abruptamente por el comprador. Pero cualquiera de ellos puede dejar de comprarnos por incumplimientos nuestros, o si lanzamos amenazas políticas que pongan en riesgo el suministro. En estos casos el comprador optará por conseguir otras fuentes de suministro.



Así Brasil recurrió al LNG. Argentina está en el mismo camino. Más aun, desde los inicios, la concepción estratégica del estado brasileño ha sido y es que, el gasoducto servirá para desarrollar el inmenso oeste brasileño. Con esa mente, y muy a pesar nuestro, PB está instalando dos fábricas de fertilizantes y construirá una termoeléctrica de 600MW (la mitad de toda la capacidad boliviana). Estos emprendimientos van más allá del 2019, fecha que termina el actual contrato y serán realizados con gas boliviano.

Con esos antecedentes, debemos darnos cuenta que el pedido de otros mercados para efectuar inversiones, es una forma de pedir que se amplíe o suscriba un nuevo contrato con Brasil a partir del 2019.

El caso argentino es diferente. Ese país es uno de los más gasificados del mundo. A la fecha su mercado interno consume más de un TCF por año. Este consumo continuará creciendo estimándose que para el 2026 consumirán 243 MMm3/d.

La exploración en la Argentina es casi inexistente. Existen los recursos, pero descubrirlos y ponerlos en producción tomará mucho más tiempo.

Sintetizando. Se cumplirán los contratos de compra por parte de Argentina y Brasil siempre y cuando cumplamos nuestros compromisos. De suceder esto las posibilidades que continúen después del fin de los actuales son muy buenas.

Por tanto, Señor Presidente sus reflexiones y preocupaciones por las obstrucciones de los pueblos originarios van inclusive más allá de los actuales contratos.

YPFB ha tomado una iniciativa proactiva interesante. Anuncia que en febrero una delegación de YPFB hará presentaciones en Houston para lograr nuevos inversionistas en nuestra industria petrolera. Así podría cumplir los compromisos actuales sin mayores sobresaltos y lograr nuevos con Argentina y Brasil.

Después de nacionalizar la Gulf, hace 40 años, YPFB hizo lo mismo. Los resultados fueron excelentes. Pocos meses después de las presentaciones en Houston, importantes empresas se pusieron literalmente en fila para firmar contratos con YPFB.

En esos tiempos, la delegación viajó con un equipaje liviano, solo la Ley General de Hidrocarburos.

Ahora viajará con un equipaje pesado, conteniendo para mostrar y explicar toda la nueva estructura jurídica del país, incluyendo la justicia comunitaria. Además en el equipaje estará la contradictoria Ley de Hidrocarburos Nº 3058, las innumerables disposiciones protegiendo a los pueblos originarios y las denuncias de los millonarios pagos que deben efectuar las empresas privadas, inclusive la denuncia de los pagos que YPFB está conminado a efectuar si desea continuar ciertos trabajos, también estarán las disposiciones para renunciar a todos los convenios de protección a la inversión extranjera porque ya no se acepta el arbitraje internacional.

Estará la Constitución Política que se deberá explicar. Finalmente, al fondo del equipaje habrá una pieza muy pesada que será la reproducción de todas las declaraciones del gobierno indicando que Bolivia está en un proceso de sepultar al capitalismo.

Creo que no existe un lugar con importantes inversionistas que por el contenido del equipaje encuentren a Bolivia interesante para invertir. De todas maneras, debemos desearle el mejor de los éxitos a esta nueva misión. Veremos cómo les va.