Rooney Mara: “Me encantó el desafío”

El look Rooney colaboró con el equipo en la imagen. El pelo y las cejas, “la clave”.

¿Se fue David?”, pregunta Rooney Mara. “¿Puedo hablar libremente?”. Está bromeando, claro. O tal vez, no tanto, pero lo dice en ese tono. La pregunta era si un director como Fincher es difícil para trabajar por lo obsesivo, por las veces que repite tomas, por sus exigencias. “Le tengo miedo…”, cierra Mara, y vuelve a reírse.

Su risa, de cualquier manera, es una pequeña mueca. Todavía metida en el personaje de la perturbada Lisbeth Salander que encarnó para La chica del dragón tatuado -o queriendo dar esa impresión a la prensa-, Mara será parca para hablar, mirará seria, intentará demostrar que hay algo en ella que pasó al personaje, y no al revés. “Habiendo trabajado antes con David, no tuve miedo. Al contrario, me encanta poder trabajar con un director que hace las cosas seriamente, en profundidad”.

Rooney Mara, una actriz casi desconocida hasta hace unos años más allá de algunos papeles en TV ( E.R.y La ley y el orden: SVU ) y en cine (la remake de Pesadilla en la calle 13, La chica de mis sueños ), conquistó este buscado rol tras un largo casting por el que pasaron actrices “del momento” como Scarlett Johansson, Carey Mulligan y Mia Wasikowska, entre otras.



¿Por qué lo ganó? Veamos.

En principio, porque Fincher la había dirigido en la primera escena de Red social , donde encarna a la chica que deja a Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg) y quedó impactado por su trabajo. Era una escena difícil, con muchas páginas de diálogo que tuvieron que hacer durante dos días, repitiendo más de 90 veces la toma. Y luego, por haber superado las incontables pruebas a la que la sometió el director. Ya con la película bajo el brazo, habló con Clarín en México.

¿Tuviste participación en el look del personaje?

 Sí, hablamos mucho de eso con David, la vestuarista, el maquillador y el peluquero, hasta llegar al corte, la ropa y el maquillaje. Discutimos mucho sobre los tatuajes, semanas hablando del dragón… Pero una vez que me cortaron el pelo y me tiñieron las cejas, me sentí en el personaje. Fue la clave.

¿Qué fue lo más difícil en el rodaje, el mayor desafío?

Todas las escenas fueron difíciles. Es un personaje complejo y una película intensa con un tema denso… así que todo. Pero, obviamente, la escena de la violación fue la más dura de hacer, porque es muy importante para el personaje, para el filme y para toda la trilogía.

¿Cómo cambió tu vida tras hacer este personaje?

 Todavía no lo sé (la entrevista se hizo antes del estreno). Me dieron esta gran oportunidad de pasarme un año haciendo la película, así que estuve metida en una burbuja sin pensar mucho en cómo mi vida cambió o va a cambiar. Obviamente, cambió por hacer la película, por la experiencia increíble que fue. No sé en qué me hizo cambiar a mí porque todavía no tengo la distancia necesaria. Eso podré responderlo dentro de más tiempo.

Interpretarla fue meterte en una zona bastante oscura. ¿Cómo lidiaste con eso a nivel personal?

 Bueno, mucha vida personal no tuve en el último año, así que no lidié mucho con eso. Pero sí, es muy difícil, especialmente cuando tenés que estar metido en personaje 12, 16 horas por día. Es bueno tener algo de tiempo para ser vos misma. Pero me encantó el desafío de meterme en ese lugar y darle todo lo que tengo al personaje.

¿Pensás en hacer las otras dos películas? ¿Te motiva la idea?

Sí, claro. Es un personaje difícil que demanda mucho trabajo físico y emocional, que implica entrenamiento e investigación, pero me alegra haberlo hecho y tener la posibilidad de seguirlo. No hay tantos buenos personajes femeninos dando vueltas. En las otras películas se podrán ver otras cosas de Lisbeth, cómo cambia y crece. Pero todavía no pensé demasiado en eso.

Fuente: www.clarin.com