Tarija sufrirá racionamiento de gas por retraso del proyecto GVT

Crisis. El ‘colapso’ energético afectará desde mayo a las industrias y termoeléctricas.

image Producción. Pruebas en el pozo Margarita 4st (MGR 4st), que asegura el mercado interno y los de exportación. Foto: Repsol

La Razón / Wálter Vásquez / La Paz



Desde mayo, Tarija sufrirá el racionamiento de gas natural debido al retraso en la ampliación de la Fase II del Gasoducto Villamontes-Tarija (GVT). Los principales sectores afectados serán el industrial y la generación termoeléctrica. El Gobierno trabaja en un plan de contingencia.

Esta ampliación debía incrementar la capacidad de transporte del gasoducto de 13,8 millones de pies cúbicos día (MMpcd) a 64 MMpcd desde septiembre de 2011. Sin embargo, el proceso de consulta y participación realizado con la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) Itika Guasu suspendió hasta el momento la obtención de la licencia ambiental, necesaria para la ejecución de un proyecto que requiere de al menos seis meses. 

“La capacidad actual de transporte del gasoducto, que es de 13,8 MMpcd, está al límite y este proyecto es imprescindible para que Tarija pueda salvar de manera normal la época invernal. La alta demanda de gas que se generará en invierno obligará a aplicar el Decreto 28291 e iniciar racionamientos en la categoría industrial”, reveló a La Razón el gerente general de la Empresa Tarijeña del Gas (Emtagas), Alejandro Gallardo.

Según la norma, “en caso de producirse alguna emergencia que amenace la integridad de las redes primarias y secundarias, así como las seguridad de los usuarios y público en general, el concesionario (Emtagas) podrá restringir o interrumpir el servicio de suministro a cualquier usuario, siempre y cuando tal acción previniera o mejorará la situación de emergencia”. Los cortes afectarán de manera inicial a las industrias; posteriormente a los usuarios comerciales y sucesivamente se suspenderá el suministro al sector doméstico. “Los hospitales, clínicas, orfelinatos y asilos serán los últimos usuarios en ser afectados”. 

SITUACIÓN. Gallardo precisó que el racionamiento de gas natural afectaría “prácticamente a todos” los clientes que están conectados al GVT.

“Este colapso energético no sólo afectaría a la distribución de gas por redes, sino también estaría afectando desde mayo a las termoeléctricas, cuya energía alimenta a las bombas de distribución de gas e inclusive a la distribución de agua”, advirtió el ejecutivo de Emtagas, empresa que está a cargo de distribuir y comercializar el energético en todo el departamento. Según datos oficiales, la APG Itika Guasu pretende que YPFB Transporte, subsidiaria de YPFB Corporación, firme un preacuerdo que le permita ser socia del proyecto y recibir un pago de $us 7 millones —entre compensaciones, multas, auditorías y otros— antes del proceso de consulta que dará curso a la ampliación.

Ambos requerimientos “inviabilizarían totalmente el proyecto a nivel económico e iría contra las normas de consulta y participación, así como otras normas vigentes”, señala la información de la petrolera estatal.

“La ampliación de la Fase II del GVT requiere de unos seis meses y el proyecto aún está paralizado, por lo que se está planificando, juntamente con la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) un plan de contingencia que se aplicaría desde mayo hasta agosto”, indicó Gallardo.

Este plan, explicó, se basará en lo dispuesto por el Decreto 28291. “Todas las instituciones del departamento ya saben lo que se viene; solamente faltaría coordinar con la Caincotar (Cámara de Industrias de Tarija)”, dijo.

DATOS DE LA AMPLIACIÓN DEL DUCTO

INVERSIÓNDe acuerdo con información de YPFB Transporte, la Fase II del Gasoducto Villamontes-Tarija (GVT) tiene una inversión de $us 17 millones y debía contar con la licencia ambiental como máximo “hasta abril” de 2011.

DEMANDALa ampliación —que nace del megacampo Margarita hasta el municipio de Entre Ríos— permitirá incrementar la capacidad de entrega del gasoducto hasta 64 millones de pies cúbicos día (MMpcd), con lo que se espera cubrir la demanda del departamento hasta el final de la década.