Boca le ganó otra vez a Arsenal, sobreponiéndose a la roja a Somoza y con goles de Ledesma y Sánchez Miño. Con los dos triunfos contra los de Sarandí, casi que resolvió el pase a octavos después de un mal arranque en el grupo. Arsenal de alegría. Para Boca, claro. Porque después de un arranque comprometedor en la Libertadores, el equipo de Sarandí fue el pasaporte a la clasificación, a la tranquilidad. En dos semanas, con dos triunfos, en Sarandí y en la Bombonera, el equipo de Falcioni dio el gran paso en la Libertadores. Y lo importante, lo que fortalece al conjunto más allá de las actuaciones, es que superó momentos complicados: perdía 1-0 en el primer partido (y venía de dos derrotas duras) y se quedó con diez en esta revancha, cuando estaban empatados.
Y con uno menos fue más (Somoza expulsado), no dejó de atacar, de buscar, de querer el gol. Ese gol que justamente llegó a través del volante por quien apostó Falcioni. Tardó en definirlo, pero finalmente el DT se la jugó por Ledesma y no por Rivero, pese a que el Burrito no puede jugar el domingo con Estudiantes. Y Pablo, el jugador que volvió al fútbol argentino y ni sintió la readaptación, abrió el partido con un gol de 9, de esos que mete en el área llegando desde atrás. No fue una maravilla Boca pero se sacó de encima a un rival complicado. Y se sacó de encima también la rachita negra de la Bombonera, con dos derrotas y un empate.
Esta vez no necesitó de un gran Riquelme, sino que con el apoyo de su gente, con un equipo con carácter, contra otro que no se animó, casi se aseguró la clasificación a octavos. Tiene siete puntos y le sacó cuatro a Arsenal, con seis en juego. Y se asegurará el pase a octavos con un triunfo frente a Zamora en casa, en el cierre. O quién te dice antes de tiempo.
Fuente: Unitel.
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