El canciller David Choquehuanca acaba de confesar lo que todos sospechábamos: que la tan mentada “demanda marítima” a presentar ante el Tribunal Internacional de La Haya es un bluff y que muy probablemente nunca llegue a hacerse efectiva.
Según el ministro, la presentación de la demanda llevará varios años, tal vez “cuatro años” al decir del encargado de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima (Diremar), Juan Lanchipa.
“La estructuración de una demanda no es rápida, vayamos nomás a ver otras experiencias, el Perú ha demorado varios años en estructurar su demanda (…), la construcción de la demanda puede durar varios años, no sabemos cuánto puede demorar”, dijo Choquehuanca.
“La verdad de la milanesa” es que el gobierno sabe muy bien que la demanda tiene muy pocas posibilidades jurídicas de prosperar, por lo cual ha terminado adoptando la única salida: dilatar la presentación del recurso hasta después de las elecciones de diciembre de 2014.
Lo cierto es que el canciller ha preferido dedicar su tiempo a hablar de las virtudes sexuales de la papalisa ante los foros internacionales, en lugar de concentrarse en el diseño de una política de Estado en el tema marítimo.
Igual reclamo puede hacerse al presidente Evo Morales, abocado a la agenda “despenalizadora” de la coca, en consonancia con los intereses de sus bases electorales chapareñas.
En suma, para el régimen evista la coca y la papalisa parecen ser más importantes que el mar…