El mayor experto mundial en coronavirus insistió en que no se puede descartar la teoría de que el virus se escapó del laboratorio de Wuhan

Ralph Baric colaboró en 2015 con Shi Zhengli, principal investigadora en el Instituto de Virología chino. En un testimonio ante el Congreso de EEUU expresó sus serias preocupaciones sobre las prácticas de seguridad de los científicos
Desde la década de 1990 Ralph Baric ha advertido sobre el potencial paso directo de los CoV, sin mutación, a los humanos desde otras especies

Fuente: Infobae

El epidemiólogo estadounidense Ralph Baric,uno de los mayores expertos mundiales en coronavirus, aseguró ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos que “no se puede descartar” que el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19,pudo haberse escapado de un laboratorio de Wuhan, la ciudad china donde comenzó la pandemia que, según cifras oficiales, causó al menos seis millones de muertes en todo el mundo.

Baric brindó un testimonio de seis horas ante dos comités republicanos que investigan el origen del coronavirus. El testimonio no fue bajo juramento, aunque Baric estaba obligado por ley federal a responder con sinceridad. El científico es uno de los principales expertos en coronavirus de los Estados Unidos y actualmente dirige el Laboratorio Baric en la Escuela Gillings de Salud Pública Global de Universidad de Carolina del Norte (UNC), que se especializa en infecciones emergentes y en el modo en que los virus se mueven de una especie a otra y causan enfermedades.



En su declaración, que no se había hecho pública y fue revelada este miércoles por Vanity Fair, Baric recordó su colaboración con Shi Zhengli, principal investigadora de coronavirus en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV), apodada “mujer murciélago” por sus pioneros estudios sobre los coronavirus de esos animales.

La colaboración fue llevada adelante en el WIV en 2015, el mismo año en que Baric, epidemiólogo de la UNC especializado en microbiología e inmunología, publicó un estudio que anticipó exactamente lo que ocurriría cinco años después con el SARS-CoV-2.

La colaboración con Shi consistió en una investigación revolucionaria que resultó en la creación de un virus artificial o “quimera” capaz de infectar células humanas. La investigación subrayó la amenaza de los coronavirus de murciélago y tenía el objetivo de juntar información útil para desarrollar vacunas y medicamentos.

La investigación, financiada en parte por la estadounidense EcoHealth Alliance, despertó no obstante también preocupaciones de seguridad. Las preocupaciones eran tales que el gobierno de Obama decidido eliminar los fondos para las investigaciones de riesgo, llamadas GOF (ganancia de función), como las que se realizan con virus, ya que pueden incrementar la peligrosidad, el nivel de contagio y la cantidad de gérmenes del mundo. Una fuga de un laboratorio de investigaciones GOF es en extremo peligrosa; al mismo tiempo, es allí donde se pueden hallar las vacunas contra estos microorganismos.

De hecho, había serias preocupaciones sobre las prácticas de seguridad del WIV, según testificó Baric ante el Congreso. El científico dijo que había advertido específicamente a Shi Zhengli sobre la insuficiencia de las medidas de bioseguridad en el laboratorio, recomendándole trasladar la investigación a un laboratorio de nivel de bioseguridad 3 (BSL-3), algo que Shi no acató.

Por eso, Baric enfatizó la posibilidad de que el SARS-CoV-2 pudiera haberse originado por un accidente de laboratorio.

“No se puede descartar… Simplemente no se puede,” dijo.

El Instituto de Virología de Wuhan (AFP)

Baric, quien desde la década de 1990 ha advertido sobre el modo en que la familia CoV puede saltar de los animales a los humanos, dijo a los Comités que, desde sus primeros días trabajando con coronavirus zoonóticos, siempre entendió que había una posibilidad real, aunque “rara”, de que uno pudiera resultar infeccioso para los humanos. “Y si esa es tu hipótesis, entonces lo haces bajo BSL-3″, dijo. “Así que en cierto modo establecí la norma en Estados Unidos”.

Pero el WIV, dijo, funcionaba con una serie de protocolos de bioseguridad menos estrictos. “Sus normas establecen claramente que no consideran que el cultivo de virus de murciélago en BSL-2 sea un problema de bioseguridad”, dijo. “También me lo confirmó verbalmente Zhengli Shi en una reunión”.

Según relató Baric a los investigadores del Congreso, el trabajo anterior de Shi era “muy vago en cuanto a las condiciones de seguridad. Decían que seguían la normativa china”. Pero en dos documentos posteriores, dijo Baric, “declararon que estaban realizando el trabajo de cultivo bajo BSL-2… Y luego continuaron así incluso hasta septiembre de 2020, lo que me pareció irresponsable”.

Baric admitió además que, si bien considera más probable una transmisión natural de animales a humanos, no concuerda con la teoría ampliamente difundida de que el virus saltó de animales a personas en el mercado mayorista de mariscos de Huanan.

“Claramente, el mercado fue un conducto para la expansión,” indicó, sugiriendo que el COVID-19 ya circulaba entre la población humana meses antes de ser detectado en dicho mercado. “¿Es ahí donde empezó? No lo creo”.

Las agencias de inteligencia de EEUU continúan divididas sobre el origen del SARS-CoV-2, y la falta de transparencia por parte de China solo profundiza el misterio.

Baric destacó la necesidad de acceso a información más detallada para resolver estas incógnitas.

“Si tuvieran acceso a los cuadernos de laboratorio, si tuvieran acceso a los registros de seguridad del Instituto de Virología de Wuhan, si tuvieran acceso a las bases de datos de secuencias, el nivel de seguridad que tendrían sería mayor”, dijo. “Sin duda”.