Ayer cumplieron un año de su condena…

Ismael Schabib Montero*

VICEALMIRANTE SCHABIB Ayer, 30 de agosto, mis camaradas, los generales Roberto Claros Flores, Ex Comandante en Jefe de las FFAA; Gonzalo Rocabado Mercado, Ex Jefe de Estado Mayor de las FFAA; Juan Veliz Herrera, Ex Comandante General del Ejército; José Osvaldo Quiroga Mendoza, Ex Comandante General de la Fuerza Aérea y el Almirante Luís Alberto Aranda Granados, Ex Comandante General de la Armada, cumplieron un año de haber sido condenados a prisión entre diez y 15 años respectivamente. Condenas que empezaron a cumplir a partir del 30 de agosto del 2011.

Como sabemos, los juicios que se instauran en dictadura son todo un montaje que organiza el gobierno para favorecer su imagen, como el que hizo la dictadura cubana contra el héroe, General Arnaldo Ochoa, acusándolo de narcotráfico, en un inusitado show para al mundo, donde se lo veía a Ochoa abatido, sin atinar siquiera a defenderse, porque sabía que ya estaba condenado, le esperaba la muerte en el paredón.



Entonces, no es difícil inferir que la actual dictadura de Bolivia, que recibe órdenes de Cuba y Venezuela, que cumple al pié de la letra el Manual de la ALBA para gobernar, hubiera hecho su parte con los generales que componían el Alto Mando Militar durante el Gobierno del Lic. Gonzalo Sánchez de Lozada; teniendo a su servicio a atemorizadas autoridades del Poder Judicial, donde unos abogados del régimen se “lucieron” acusando a unos anticipados “condenados”. Quienes, previamente cuando los acusaban, les hicieron saber que debían “pagar por haber sido parte de una banda de criminales mafiosos dirigida por el ex -Presidente Sánchez de Lozada”.

Lo cierto es que este grupo élite de militares, está en prisión, en el penal de “San Roque”, en la ciudad de Sucre, acusado por los “indultados del gobierno de Carlos Mesa”, ¿indultados de qué? De delitos de sedición, destrozo de los bienes del Estado, Alzamiento Armado, etc.

A estas víctimas de la dictadura masista, se les ha irrespetado sus derechos civiles, individuales y políticos al habérselos ofendido durante la acusación, privados de libertad, privados de un juicio justo, con equidad procesal, del que debieron salir fortalecidos por haberse ceñido estrictamente a la Constitución Política del Estado en sus actos, durante los sucesos luctuosos de octubre del 2003.

Pero así son las cosas en la dictadura totalitaria que busca extirpar las formas de pensamientos opuestos mediante la eliminación del “enemigo” político, eliminación que puede ser física o civil.

Escribo estas líneas para que no los olvidemos, a los cinco militares, presos políticos (que no son políticos) de la dictadura “masista” como muestra de una solidaridad que siento insuficiente. Lo único que debiera ser satisfactorio sería sacarlos del encierro donde injustamente están recluidos.

*Vicealmirante de la República de Bolivia