En vísperas de las elecciones presidenciales norteamericanas, la mayoría de las encuestas muestran una reñida carrera entre Barack Obama y Mitt Romney. El empate se mantuvo tras los debates presidenciales, donde el candidato republicano derrotó por knock out al demócrata en el primero de los encuentros, mientras que Obama recuperó algo del terreno perdido en los dos siguientes.
Las predicciones de los analistas anuncian una encarnizada batalla voto a voto, donde no se descarta que sea la justicia quien tenga que decidir al fin del proceso, como sucedió en la contienda entre George W. Bush y Al Gore.
La voz disonante es la de Nate Silver, “encuestólogo” que tiene su blog en el New York Times y que adelanta una victoria “por goleada” de Obama.
Por una parte, debe tenerse en cuenta el sesgo pro-demócrata de Silver, pero que posee un alto récord de aciertos, como en la última elección, donde dio en el clavo en 49 de 50 estados.
Lo cierto es que, tras semanas de avance de Romney en sectores decisivos como las mujeres y los independientes, el huracán Sandy parece haberle dado un respiro a Obama, quien gracias a su investidura presidencial se mostró ampliamente en los medios de comunicación llevando ayuda a las víctimas del temporal.
Así que no sería nada raro que Sandy sea quien defina la carrera.
Entre los partidarios de la teoría del empate, hay también quienes opinan que, si bien Romney podría tener más sufragios populares, Obama puede terminar contando con más votos en el colegio electoral, dado el particular sistema norteamericano.
Lo más probable es que, cualquiera que sea el ganador, deba manejarse con un Congreso bipartidista, ya que todo indica que los republicanos mantendrán el control de la Cámara de Representantes y los demócratas del Senado.
¿Qué cambiaría para América Latina con el triunfo de uno u otro de los contendientes?
Aunque la región no ha sido parte importante del debate, es Mitt Romney quien ha dedicado algunas declaraciones al tema, comprometiendo un renovado impulso al libre comercio con Lationamérica, que puede redundar en mayores exportaciones para nuestros países, y señalando la necesidad de contener a los regímenes autoritarios que acaudilla Hugo Chávez.
Del lado de Obama, la política hacia la región parece consistir en “no hacer olas”, esto es, en evitarle cualquier problema a su administración…