El combustible no será en el futuro el único método para impulsar una nave en el espacio. Científicos del Programa de Tecnología Espacial de la NASA están construyendo la que será la vela solar más grande del mundo, capaz de captar millones de partículas de luz para transformarlas en energía y mover una nave de grandes dimensiones. Sin duda, una forma inteligente de ahorrar combustible (y dinero). La vela tendrá una superficie de 1.200 metros cuadrados, medirá 38 metros de largo y se lanzará al espacio a finales del 2014.
Los científicos que trabajan en el proyecto la han bautizado comoSunjammer, en honor a una novela de ciencia ficción de Arthur C. Clarke en la que varios yates compiten en carreras por el cielo utilizando velas solares. La Sunjammer no será la primera en llegar al espacio, pero sí la más grande. La NASA lanzó una vela solar de menor tamaño en el 2010 y la agencia espacial japonesa JAXA otra ese mismo año para impulsar la sonda espacial Ikaros.
¿Cómo funcionan las velas solares? Están compuestas de material reflectante que recibe las partículas de luz. Cada partícula tiene un impulso y al impactar en la superficie reflectante, transmite esa energía a la vela. A medida que miles de millones de partículas de luz solar impactan en la superficie, esta se mueve y es capaz de impulsar consigo casi cualquier equipo espacial.
En el caso de la Sunjammer, el material utilizado se llama Kapton, creado por DuPont, que permite crear una capa reflectante de solo 5 micras de grosor.
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Durante este año, los científicos se dedicarán a perfeccionar y probar la vela para lanzarla al espacio a finales del 2014 a una distancia de 3 millones de kilómetros de la Tierra. Aún está por determinar su uso concreto, pero podría utilizarse para impulsar satélites de alertas meteorológicas, modificar la órbita de otros ya en el espacio, o retirar basura girando en torno a la Tierra. En todos los casos, la ventaja principal es siempre la misma: el coste cero de la energía.
Como todo, estas velas tienen su inconveniente. Más allá de la órbita de Marte, la luz solar que llega es demasiado débil como para impulsar esta tecnología, lo que limita su uso en misiones espaciales profundas. Además, ningún país ha logrado hasta ahora que una nave o cohete se impulse en el espacio exclusivamente con energía solar. El reto es crear sistemas híbridos, de combustible tradicional y luz solar, que funcionen. La Sunjammer será el siguiente paso en esa dirección.
Fuente: http://es.gizmodo.com