En medio de sucesivos escándalos que incluyen el surgimiento de una incipiente “narcoguerrilla” en Apolo, la presidente de la Cámara de Diputados, Betty Tejada (MAS), intentó acallar las voces críticas diciendo que la oposición es “analfabeta en cuestiones de narcotráfico”.
Parece ser que, en cambio, el oficialismo se considera “doctorado” en tales cuestiones, algo que podría tener que ver con los múltiples casos de narcotráfico que vinculan a figuras de ese partido con la citada actividad ilícita.
Los casos más recientes son el de Luis Cutipa, ex el número 2 del presidente Evo Morales, tanto en la Federación de Sindicatos Cocaleros como en el Parlamento, involucrado en el desvío masivo de coca presumiblemente hacia el narco; y el del “Narco-Cónsul” libanés, donde resultaron envueltos dos diputados del Movimiento Al Socialismo.
Probablemente, los arduos estudios que han llevado al MAS al “doctorado en narcotráfico” comenzaron cuando Morales encabezaba la resistencia armada contra la erradicación de cocales ilegales en El Chapare, con la consigna de “un militar muerto por cada campesino muerto”…
“El Estado Despótico de Tiwanaku”
En otro orden de cosas, el pasado domingo se produjo el lamentable deceso del ilustre arqueólogo e investigador de las ciencias sociales, José Huidobro Bellido, autor entre otros libros del titulado “El Estado Despótico de Tiwanaku”, donde retrataba el orden totalitario que imperaba en dicha formación política y cultural.
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Una obra de gran vigencia, sobre todo cuando se divulgan discursos “descolonizadores” que no tienen en cuenta la naturaleza opresiva de muchas de las sociedades precolombinas…