Narcoavionetas bolivianas aterrizan a diario en Perú


La Policía peruana reportó que diariamente aterrizan entre tres aeronaves bolivianas y paraguayas en selvas peruanas.


Ref. Fotografia: En octubre de 2012 esta aeronave fue intervenida transportando material para laboratorio.

El diario peruano La República reveló que desde el año 2011 las mafias han escogido la selva de Junín y Pasco como el principal punto de embarque de la droga a Bolivia. De tres a cuatro narcoavionetas vienen del Paraguay y Bolivia, cruzan la frontera por las regiones de Madre de Dios y de Puno, y de ahí a la selva central en tres horas de vuelo. Cargan el cargamento de alcaloide de cocaína y se la llevan a algún punto de la selva hacia Santa Cruz. Pese a que en estos últimos meses han aumentado los vuelos clandestinos desde Pichis Palcazú, Pachitea, en julio pasado, un total de 17 pistas clandestinas de aterrizaje, construidas por narcotraficantes, comenzaron a ser destruidas en la provincia de Oxapampa por la Dirección Antidrogas (Dirandro) de la Policía Nacional, durante el desarrollo de la operación Troya I.

Un negocio lucrativo.
La mayor parte de estas pistas estaban acondicionadas en medio de grandes extensiones de terreno con la fachada de ganadería y medían entre 700 y 1.000 metros de largo en áreas cercanas a los ríos Pichis, Palcazú y Pachitea.



Por cada kilo de droga trasladado fuera del Perú, las mafias bolivianas pagan entre 800 y 1.200 dólares, dependiendo de la demanda internacional.

El piloto de la nave puede recibir entre 15 mil y 20 mil dólares. Además, los narcotraficantes pagan miles de dólares a las comunidades nativas por su discreción y a mantener las pistas clandestinas en buen estado mientras los vuelos están suspendidos.

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La paga se hace en dos partes, 15 mil antes de que la avioneta ingrese y otros 15 mil cuando va a despegar. El desembolso obedece a que las pistas clandestinas se encuentran ubicadas dentro de las comunidades nativas o de las fincas de los colonos.

Vuelos fantasmas. Desde Pichis-Palcazu los cargamentos de droga parten hacia Bolivia, Brasil, Argentina y Paraguay. La mayoría de alijos se dirigen hacia el departamento boliviano del Beni, una zona muy parecida al Pichis- Palcazu, donde  también abundan las pistas clandestinas.

El ingreso de las avionetas desde Bolivia es coordinado por radio y estas demoran cuatro horas en llegar a una pista peruana.

Dos horas antes de su arribo, los narcotraficantes sacan la droga de las «caletas» (escondites) ubicadas cerca de los ríos. La transportan por bote hasta la pista de aterrizaje, donde espera la narcoavioneta, generalmente un Cessna con capacidad para 300 o 400 kilos de pasta o cocaína. Todo depende de si es una máquina monomotor o bimotor.
En Bolivia no existe un control de las aeronaves que salen a diario de aeropuertos alternativos que registran 500 vuelos diarios.

Fuente: eldia.com.bo