Las venas varicosas son molestas, dolorosas y antiestéticas. En muchos casos se operan y pueden llegar a ser un problema grave producido por la mala circulación. Suelen aparecer en las piernas, aunque también lo hacen en otros sitios en menor proporción.
Si ya estás viendo las primeras señales, puede que quieras algunos remedios caseros para las várices.
Hacer ejercicio
Si bien el ejercicio no previene las várices, la actividad física puede mejorar el aspecto y el dolor ya que mejora la circulación sanguínea. Al hacer ejercicio con las piernas, hacemos que la sangre fluya nuevamente al corazón.
No tiene por qué ser un ejercicio aeróbico necesariamente, lo cierto es que casi cualquier tipo de actividad requiere que las piernas se muevan.
Perder peso
Si estamos excedidos de peso, nuestro cuerpo tiene que cargar con más peso, y eso recae siempre en piernas y pies. Además, la gente con sobrepeso u obesidad suele ser más sedentaria, por lo que la sangre en las piernas se mueve menos.
También las venas cargan más sangre, lo que les termina haciendo daño.
Comer saludablemente
Además de mantenerte en el peso adecuado, una dieta balanceada y saludable da a tu cuerpo los nutrientes necesarios para prevenir las várices. Por ejemplo, las proteínas y la vitamina C son dos componentes necesarios para el colágeno, un componente que permite que las venas estén en buen estado.
Incluye en tu dieta frutas, verduras, cereales, legumbres, carnes, productos lácteos y demás.
No estar demasiado tiempo parada ni sentada
Cuando estamos paradas, la sangre debe luchar para volver arriba por la fuerza de gravedad y sin la ayuda de los músculos, por lo que se acumula en las piernas y lleva al desarrollo de venas varicosas. Si tenemos que estar paradas un largo rato -por ejemplo, por trabajo- es conveniente que tomemos descansos, y durante el tiempo de pie cambiemos el peso del cuerpo de una pierna a la otra.
Sentarse durante largos períodos de tiempo, y más si es con las piernas cruzadas, puede promover las várices también. Tener las rodillas y la cadera flexionadas lleva a complicar el retorno de sangre, por lo que es necesario levantarse y estirar las piernas de vez en cuando.
Levantar tus piernas
Es bueno levantar las piernas en alto, en lo posible por encima de la altura del corazón. Es una forma sencilla de que la gravedad juegue a nuestro favor y no en contra. Ya Hipócrates en la Antigua Grecia estaba de acuerdo con esto, así que intenta hacerlo todos los días entre diez minutos y una hora.
Fuente: www.imujer.com