En campaña, Evo aumenta los salarios

Fernando Molina

fernando_molina Evo Morales, candidato a una segunda reelección, sorprendió a propios y extraños con una medida que pocos dudan en calificar como parte de su arsenal de campaña: duplicó el aguinaldo o salario navideño de los empleados del Estado y del sector privado formal.

La lógica de la medida, llamada “Esfuerzo por Bolivia”, es la siguiente: cada vez que el país supere un crecimiento del 4,5 por ciento del PIB, los trabajadores “en blanco”, es decir, legales, recibirán dos sueldos adicionales a fin de año, cuando lo normal era que obtuvieran uno. En 2013 la economía boliviana superó el citado guarismo, por lo que el beneficio debe concretarse hasta el 31 de diciembre.



El regalo navideño de Evo sólo llegará al 30 por ciento de la población económicamente activa, ya que el resto trabaja por su cuenta o en negocios informales que por definición quedan fuera de los alcances de las mejorías laborales.

Las críticas no se hicieron esperar: la Cámara de Industria rechazó la decisión por “inconsulta”, “política” y porque convierte un hecho temporal (el crecimiento causado por el alza de los precios de los productos que el país exporta) en un derecho laboral permanente. Este pronunciamiento representa la preocupación de los medianos y pequeños empresarios que obviamente no previeron que deberían pagar una planilla adicional a sus obligaciones normales.

Otra crítica que se esgrimió de inmediato fue la de “incoherencia” en la política económica, ya que en los últimos meses el Banco Central estuvo vendiendo bonos para retirar liquidez de la economía a fin de evitar un incremento de la inflación, que hasta ahora ha sido de 7,5 por ciento anual, con tendencia a subir. A contrapelo de estas prevenciones, la duplicación del aguinaldo, tomando en cuenta solamente al sector público, inyectará en la economía el equivalente a 3.000 millones de dólares.

La oposición habla de “demagogia”, “populismo” y de “injusticia”, porque se usa el mismo rasero (el crecimiento económico) para empresas grandes y pequeñas, rentables y deficitarias, y porque el bono extra no beneficiará al mayoritario sector informal.

Algunos analistas, sin embargo, creen que la medida consolidará el favor (y, en algunos sectores, el fervor) popular hacia Morales y su partido, haciendo más difícil de lo que ya era su derrota electoral en 2014.

Sin embargo, la decisión romperá la alianza tácita que se había sellado en el último tiempo entre los empresarios y el Gobierno, y enajenará de éste a ciertos sectores de clase media que veían a Morales como un dirigente más responsable en materia económica que Chávez-Maduro y los Kirchner.

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