Una encuesta divulgada hoy muestra la existencia de un alto porcentaje de indecisos en el electorado boliviano (19,4%), conformando un segmento que puede ser decisivo para definir los resultados de los comicios de octubre próximo.
La intención de voto por Evo Morales aparece en un 45%, lejana del objetivo presidencial del 76% pero suficiente para una victoria en primera vuelta, mientras que las distintas pre-candidaturas de oposición suman cerca de un 30%.
En este contexto, está claro que se producirá en los próximos meses una batalla por los indecisos, sector poblacional que sin duda será radiografiado a través de otros sondeos venideros.
A la citada encuesta cabe relativizarla por varios factores: 1) aún no hay candidaturas oficializadas en la oposición a excepción de la de Juan del Granado y no se sabe si la formación de una alianza aglutinadora podría ocasionar un salto cualitativo; 2) un desenlace de la crisis venezolana que acabe con la salida de Maduro o con un debilitamiento visible de su régimen puede también tener reverberaciones en Bolivia, dado el carácter dependiente del gobierno de Morales hacia el modelo chavista; 3) el estudio de opinión aún no recoge los efectos por el pobre desempeño gubernamental en la tragedia climática que azota a varias zonas del país; y 4) luego de la experiencia electoral del Beni, hay que tomar con pinzas los sondeos que dan amplia ventaja al oficialismo.
Entre las sugerencias de los analistas se encuentra la de reforzar las listas parlamentarias de oposición con figuras de primer nivel, idea que debería ser tenida muy en cuenta, tanto en la perspectiva de búsqueda de una segunda vuelta como en la de dejar al partido de gobierno sin los estratégicos dos tercios en el Legislativo…