Rubén Darío Rojo*
En los últimos días de marzo tuve oportunidad de participar en la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (EuroLat), realizada en Atenas.
En la capital griega nos dimos cita integrantes del Parlamento Andino (Parlandino), junto a miembros del Parlamento Latinoamericano (Parlatino), Parlamento Centroamericano (Parlacen) y Parlamento del Mercosur (Parlasur): un total de 75 representantes de América Latina, que dialogamos con un número similar de delegados del Parlamento Europeo.
En la reunión se abordaron temas de interés común, desde la lucha contra la pobreza hasta el comercio de materias primas, pasando por la seguridad alimentaria, la transparencia y la corrupción, el feminicidio y la minería del siglo XXI.
Pero un tema en especial mereció una declaración conjunta de la EuroLat: el respaldo a la institucionalidad del Parlamento Andino, como órgano de la integración democrática regional.
Es de particular importancia que dicho pronunciamiento se haya producido en la cuna de la democracia, Atenas, sobre todo en momentos en que algunas cancillerías de países andinos cuestionan la existencia del Parlandino, probablemente a raíz de una visión presidencialista de las relaciones internacionales, concebidas éstas como simples acuerdos entre los primeros mandatarios.
Lo cierto es que una eventual eliminación del Parlamento Andino supondría un impedimento a la legitimación democrática del Proceso Andino de Integración. Pero tenemos confianza en que, con respaldos como el expresado en Grecia por 150 legisladores de dos continentes, tal error no se consumará.
*Diputado nacional. Representante de Bolivia en el Parlamento Andino