Canciller de Bolivia plantea que NNUU defina el curso de las aguas del Silala

El 2009 en el marco de la agenda de 13 puntos establecida entre Bolivia y Chile, el país vecino aceptó pagar por el 50% del uso del recurso hídrico hasta que un estudio resuelva la propiedad del restante porcentaje.

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Aguas del Silala utilizadas para criaderos de peces



La Razón Digital / ANF / La Paz

El canciller David Choquehuanca propuso este jueves que una comisión de Naciones Unidas (NNUU) defina si las aguas del Silala fluyen de más de 70 manantiales como asegura Bolivia, o se trata de un río como sostiene Chile.

El jefe de la diplomacia boliviana, recordó que a partir del Decreto Supremo 27868 promulgado en el gobierno de Carlos Mesa, se prohibió la pretensión de privatización de las aguas del sudoeste potosino.

«Lo que tenemos que hacer es determinar la naturaleza de las aguas y nosotros estamos dispuestos a ir con cualquier experto entendidos en la materia de Naciones Unidas que nos puedan acompañar y determinar la naturaleza de las aguas del Silala», dijo en una improvisada conferencia de prensa.

Ratificó que la posición histórica boliviana sostiene que se trata de un manantial que nace en territorio nacional, mientras que Chile defienden la teoría de que se trata de un río de curso sucesivo compartido, cuyos recursos deben ser compartidos.

Choquehuanca recordó que el gobierno boliviano propuso a las autoridades chilenas y expertos de Naciones Unidas realizar un recorrido en sudeste potosino donde nacen los manantiales del Silala y constatar las hipótesis.

El canciller quién en más de una oportunidad visitó la región de Quetena Grande próximo a las aguas del Silala, informó que en el lugar existen 70 ojos de agua, 70 manantiales, donde fluyen las aguas que fueron canalizadas por Chile y por donde fluye 700 litros por segundo de agua utilizada para suministrar del líquido elemento a varias poblaciones del norte chileno.

Bolivia reivindica que el curso de esta vertiente fue desviada artificialmente hace más de 100 años, mientras que Chile asegura que se trata de un río de curso internacional.

El 2009 en el marco de la agenda de 13 puntos establecida entre Bolivia y Chile, el país vecino aceptó pagar por el 50% del uso del recurso hídrico hasta que un estudio resuelva la propiedad del restante porcentaje.