¿Legislación contra la pobreza?

Roger Mario López Justiniano*

ROGER MARIO Se aprobó una ley para que los niños de 10 años o más puedan trabajar. Esto sin lugar a duda daña la sensibilidad de cualquier persona razonable. Todos estamos de acuerdo de que niños de esa edad deben estudiar. Esto porque a la larga, cuando uno sabe más, produce mucho más. Sin embargo ninguna ley que prohíba o apruebe esto va a tener algún resultado. Por un lado los niños trabajan, es una realidad; ¿por gusto? Claro que no, es por necesidad y pobreza. Si se legisla que ‘pueden’ trabajar, ¿va a mejorar en algo su situación? Otra vez la respuesta es no, porque ahora para contratar a alguno el empleador va a tener que abonar beneficios sociales (previsión, provisión, etc.) encareciendo los servicios y haciéndolos en mayor grado prescindibles. Entonces, ¿quién se beneficia con la ley?

Este problema que se plantea bajo una perspectiva moral es además económico. La causa de que un niño de 10 años trabaje no es una ley o una falta de ella, es la pobreza. Por eso, la solución no pasa por un mandato.



Pero entonces, ¿cómo tratar con este problema? Alguien diría que la solución es que el Estado coloque más escuelas públicas, así el niño podría, en un futuro ganar más dinero. Sin embargo recibir educación es condición necesaria pero no suficiente para salir de la pobreza. Hace falta además que la educación sea de calidad. ¿El Estado puede ofrecerla? Si no es de calidad, cualquiera puede decidir no asistir a clases por considerarla una pérdida de tiempo puesto que el costo (aunque sea público o ‘gratis’) es dejar de trabajar y percibir un sueldo.

La solución para este problema no son más o menos leyes. Esto es un problema estructural que requiere de reformas estructurales a un sistema educativo que es el responsable de paliar esta deficiencia. Por un lado los incentivos que existen son perversos (sueldos por antigüedad es uno de ellos), el gasto no está focalizado ni es eficiente. Por el otro, no existe ningún político que se ‘preocupe’ por una realidad tan dura del país. En cualquier caso, cada día que pasa y no se hace nada se está condenando a más niños a la pobreza, drogas y delincuencia. ¿Será porque los pobres no tienen tiempo para formar lobbies?

*Estudiante de Economía