Agustín Saavedra WeiseEstán de moda los aviones sin tripulantes llamados ‘drones’, palabra inglesa equivalente a zángano (s), el macho de la abeja que muere al copular y genera un zumbido peculiar. La traducción no ha cundido ni en gente ni en medios. Es más, la última edición del Diccionario de la Real Academia Española incorporó el término ‘dron’. La Fundación BBVA (http://www. fundeu.es) entidad encargada de explicar palabras dudosas, expresa: dron (plural drones) puede considerarse una adaptación válida al español del sustantivo inglés ‘drone’ con el que se designan vehículos aéreos no tripulados. Prosigue: el término ‘drone’ puede asimilarse como palabra española con el singular dron y el plural drones; ya no cabe destacarla con cursivas ni comillas.Hay un término que fue muy usado debido al ajetreado calendario electoral sudamericano. Se trata de la antipática palabra ‘relección’. Se insistió en EL DEBER con ‘relección’ en lugar de escribir ‘reelección’ (¡Sí! con doble ‘e’), palabra más agradable a los ojos aunque fonéticamente suene igual. Una encuesta entre importantes medios hispanos ha comprobado que todos escriben ‘reelección’ o ‘reelectos’ y también ‘reeligen’, no el espantoso ‘religen’ que se ha venido usando. Como expresa la Fundación BBVA: “En el caso de reelección, no simplificar la secuencia vocálica, ya que la palabra resultante sería difícilmente identificable (coincide con relección, de re + lección”. Reafirma el Diccionario Panhispánico de Dudas: “No se admite la grafía simplificada relegir. El sustantivo de acción correspondiente es reelección, tampoco admite la grafía simplificada relección”.El castellano es adaptativo y maleable, como toda lengua viva. Emite su influencia y sufre influencias de otras lenguas. El castellano es la lengua oficial del Reino de España, según su texto constitucional. No hay una “lengua española” sino varias (vasco, catalán, gallego, etc.). Tal vez la Real Academia se llamó ‘española’ debido a centralismos del pasado y así quedó. El castellano de Castilla es un idioma hermoso y abierto. Si quiero adaptar extranjerismos puedo hacerlo; es válido escribir lo foráneo entre comillas o en cursiva. ¿Qué se lee mejor, uisqui o whisky, ranquin o ranking, márquetin o marketing? Un buen amigo expresó que los términos que ahora se ven feos, en el futuro serán tan comunes como ‘fútbol’, palabra derivada de football. Eso será imposible en el corto plazo y menos con sustantivos no tan populares como el balompié. Un equilibrado mestizaje idiomático se impone y se impondrá. Los diarios de otros países han sabido flexibilizarse sin las rigideces gramaticales que acá se pretenden imponer.El Deber – Santa Cruz