Llegó al Café de la siesta de EL DEBER pensando que saldría ilesa. Pero no. Un periodista jamás deja escapar una presa, menos si se trata de la compañera de vida de un famoso. “Solo cuatro preguntas”, fue la condición de Mariola Gracia Ferrer, ante la insistencia para ser entrevistada. Y las cuatro preguntas se multiplicaron y se convirtieron en la más deliciosa de las tertulias.
Tiene 61 años, 13 menos que José Gómez Romero (Dyango), una linda figura, la voz tan ronca como la de su gran amor. Lo conoció en 1975 y en el mismo año se fueron a vivir juntos hasta 2003, cuando se casaron. No tienen hijos, pero ella tiene un gran lazo con los cuatro hijos de él. ¿Por qué no le gustan las entrevistas?Porque pienso que yo no soy importante para el público.Pero la mujer que sostiene un hombre del espectáculo debe ser importante… Por supuesto, pero pienso que la gente prefiere saber cosas directamente de él y no a través de mí. Siempre me he mantenido al margen. La compañera de un famoso tiene mucho que contar…Muchísimo, cierto (risas). ¿Cómo qué, por ejemplo?Como que esta profesión no parece lo que es, no es de color de rosa como piensa la gente. Ahora mismo estamos aquí y hemos dormido apenas tres horas porque veníamos de Ecuador, pero sí hay muchas vivencias, la gratificación del público después.¿La exposición es rosa?Depende del momento. Al mantenerme yo al margen lo tengo mucho más fácil, pero para él a veces es un poquito pesado, cuando está cansado, cuando termina un concierto y la gente no se da cuenta de que lo que quiere realmente es irse al hotel y descansar, pero claro, esto existe y hay que afrontarlo.¿Se puede tener vida de familia fuera de las giras?Es muy difícil, pero hoy en día tenemos la suerte de que las redes sociales acercan muchísimo a la familia.¿Qué significa ser la esposa de Dyango?No lo veo como la compañera de Dyango. Para mí, soy la esposa de José, lo importante es el hombre, no el cantante. Tengo la suerte de tener un marido excelente, una persona extraordinaria, que además es un cantante de categoría.¿Y alguna vez le canta al oído?Normalmente en casa no canta (risas).¿Qué hacen en casa?Él pintando, pinta desde el año 89, lo que pasa es que lo dejó un poquito aparcado y luego siguió. Casi te diría que disfruta tanto pintando como cantando.¿Como una terapia?Sí, le relaja enormemente porque se va, tiene una casita aparte para pintar y por las noches le tengo que avisar: “Chico, vamos a cenar porque ya es tarde”.Se casaron recién en 2003. ¿No moría por casarse?Sí, me gustaba, era algo pendiente, pero tampoco me obsesionaba. De pronto una noche me dijo: “¿Quieres que nos casemos?”. Y yo le dije:“¿Hablas en serio?”. Y así fue. Mi ilusión era que tanto su mamá (su suegro murió hace muchos años), como mis papás, nos vieran casados. Desgraciadamente su mamá murió hace poco, mis papás también, pero llegaron a verlo.No tienen hijos…Cuando uno tiene hijos es por decisión propia y tiene que ser esa persona quien los cuide y eduque. Si yo los hubiera tenido, no podría acompañarlo. Quizás puedes pensar que soy una egoísta, posiblemente, pero tengo a sus cuatro hijos y soy una de las mejores amigas de ellos. Nunca pretendí ser su mamá, pero tenemos una relación fantástica. A veces soy el filtro para llegar a su padre, me utilizan (dice en broma).¿Ser esposa de un artista?Difícil, porque el artista también tiene el punto bohemio. Por suerte es una persona que solo es artista en el escenario, hay muchos que lo son las 24 horas, pero es difícil porque hay la gente que les tiene admiración, respeto; y está también la persona descerebrada, irrespetuosa. Todo esto tienes que aguantarlo.Mariola debe ser inteligente emocionalmente…Gracias por decirlo tú. No sé si la palabra es inteligente, pero hay quesaber torear.Vivir sin Dyango…Prefiero morirme.Dyango…El amor de mi vida, el motor que me hace seguir. Es todo para mí, absolutamente todo.Mariola…Una mujer enamorada desde hace muchísimos años y que está ahí.Bolivia…Para mí Bolivia es Santa Cruz.¿Y Santa Cruz qué es?Fantástico, las mujeres sois preciosas, la gente es cálida y espontáneaFuente: sociales.com.bo