Prohibido ser extranjero

Álvaro Puente CalvopcalvoUn importantísimo personaje del Gobierno responde a una propuesta de la Iglesia prohibiendo a los obispos de Bolivia nacer fuera del país. Otro día podríamos hablar de la oportunidad y la inteligencia del planteamiento eclesial. Ahora da lo mismo que sea sabio o inoportuno. En los dos casos, la respuesta oficial es inaceptable. Es impresentable por donde se la mire. Es macabro termómetro de la calidad intelectual y moral de muchos de los que manejan esta tierra. En lugar de responder, ataca. En lugar de argumentar, agrede, descalifica. Y descalifica por la sinrazón del aleatorio hecho del lugar de nacimiento.El nacionalismo exacerbado hasta el racismo hace creer a algunos que el centro del universo es la propia nación y que sus miembros son los únicos portadores de derechos. Ahí estuvo la raíz de los males de Hitler y de su nazismo. Ese fue el origen de sus guerras y sus crímenes. Ese nacionalismo, como la mayoría de nuestros regionalismos del mismo talante, son formas tribales de comprender la sociedad, absolutamente inaceptables.¿Desde cuándo solamente pueden opinar los que han nacido en un determinado sitio? ¿En qué principio se puede basar el señor Marcelo Elío para decidir que solo pueden expresar sus ideas los que han nacido donde a él se le antoja? ¿Desde cuándo las fronteras inventadas por los hombres son límites para los derechos de las personas? Lo diga la Constitución o no lo diga, lo haya entendido el diputado presidente o no alcance a comprenderlo, es un derecho absoluto, natural y universal el derecho a pensar y el derecho a decir al mundo lo que se piensa, con total independencia de la partida de nacimiento.Y no se quedó ahí el genio que nos ocupa. El diputado se saca de la manga que los nacidos a un lado de la frontera aman al MAS y los nacidos al otro lado lo aborrecen. Peor todavía. Dice que los que lo aborrecen hacen política y los otros no. Por favor, ni las opiniones dependen de la cuna de nadie, ni supone racionalidad ni nacionalidad tragarse como bobo las incongruencias de ningún Gobierno, de ningún partido, de ningún dirigente. Extranjeros o nacionales pueden entender de cualquier manera nuestra sociedad y ambos pueden enriquecernos a todos con sus aportes, con sus críticas y hasta con sus errores.Se lo digo al patriotero diputado, sin que le importe dónde he nacido. Dijo un pintoresco personaje: “Los cambas nacemos donde nos da la gana”. Yo le digo que las personas nacemos donde le da la gana al azar y todos tenemos los mismos y sagrados derechos.El Deber – Santa Cruz