Piensa en todo lo que haces con ellas: llevas los alimentos a tu boca, acaricias a tus seres queridos y, ¡tantas otras actividades más! Y es que, por más de que no seas consciente de ello, estás usando tus manos todo el tiempo. Por ello, esta parte de tu cuerpo merece tu atención. Así que aprende a cuidar de tus manos con los consejos que te brindaremos a continuación.
#1 Lavado
La pregunta es: ¿cómo remover la suciedad de tus manos sin atentar contra la salud de tu piel? Bueno, para empezar, es fundamental que evites usar agua a temperaturas muy extremas. Además, es mejor que uses jabones elaborados para pieles sensibles (por más que no la tengas). Ten presente que aquellos que contienen aceite de oliva y jojoba representan siempre una buena opción.
#2 Guantes
Los guantes existen por algo: su función primordial es proteger las manos. Del frío, del calor, del agua, de químicos… Por tanto, trata de usar un para cada vez que estés expuesta a cualquiera de estos elementos. No olvides, entonces, llevar tu par de guantes cuando las temperaturas sean bajas (aun si tus manos no sienten frío) y cada vez que trabajes con agua.
#3 Humectación
Las arrugas no solo aparecen en la cara, así que, ¡actúa en consecuencia! No solo apliques crema humectante en tu rostro; hazlo también en tus manos. Eso sí, ten en cuenta que el mejor momento para la humectación de tu piel es después de que te duchas. Y, para obtener mejores resultados, asegúrate de que tu crema humectante contenga vitaminas B y retinol.
#4 Cuidado de cutículas
Nadie le presta demasiada atención a sus cutículas, pero tú tendrás que hacerlo si deseas que tus manos manifiesten su belleza en todo su potencial. ¿La regla número uno? ¡Ni se te ocurra cortar tus cutículas! Siempre córrelas gentilmente y aplícales una buena dosis de crema.
#5 Protección solar
Los rayos UV también impactan en tus manos. Por esta sencilla razón, esta parte de tu cuerpo también necesita una buena protección solar. Así que, ¡no te olvides de ellas! Y, si vas a la playa, recuerda humectar tu piel después, para atenuar los estragos que puede llegar a causar la sal.
Fuente: www.imujer.com