La bala en el dedo que tapa el sol

Karen Arauzkaren-arauzCon la mirada fija en el vacío, la mente trata de percibir qué es lo que molesta en la visión periférica como si una sombra se empeñara en tomar el centro del pensamiento. Y la sombra va de a poco adquiriendo contorno definido.El mundo ha sido sacudido por la masacre terrorista de los islamistas radicales en París. Ha sido certero el golpe en el centro de lo que proclama el mundo occidental como su más preciada libertad: la de expresión sin límites.Las muestras de solidaridad y condolencia han surgido espontáneamente desde casi todos los rincones del planeta. Surgieron voces clamorosas por los asesinados. La condena y el estruendo por justicia ha originado una congregación sin precedente de muchedumbres y decenas de líderes políticos que necesitaban fundirse en fortaleza y comunión de sentimientos.Millones de velas y carteles, testimonian cuán profundamente herida está la libertad. Todos somos testigos de cómo la condena  es el idioma común para proclamar que el miedo, no se alzará con el triunfo. La revista de humor y sátira, es ahora sí, la más buscada y renombrada del mundo.Pero de a poco, el tiempo que todo lo enmienda, se hará cargo de que los ciudadanos de la Ciudad Luz retomen su ritmo de vida. Muchos le querrán negar a esa minoría que abraza otros ideales,  seguir ganando terreno y alzarán su voz exigiendo por su derecho a la vida y bajo los principios por los cuales, también han luchado por generaciones.Y es en este punto en el que surge el interrogante de si esos líderes presentes, estarán dispuestos a dejar los extremos de lo políticamente correcto y unirse sí, pero para enfrentar decisiones políticas sin ambages que den la seguridad que no habrá tregua hasta conjurar episodios como ése.Y la sombra que define formas, salta desde la memoria. Una ex colonia europea, miembro del Commonwealth de la Corona Británica, se atrevió a una advertencia ignorada por muchos, pero que hoy toma una dimensión extraordinaria imposible de prescindir.Australia, a través de  puntualizaciones de su ex primer ministro John Howard, estableció lo que ya es política de Estado. En el año 2007, se fijaron posiciones -de dudosa corrección política- pero con visión de total claridad, de cómo algunos grupos van tomando peligrosos acercamientos radicales, camufladas en una creencia religiosa pero de franco fondo terrorista  para dominar sobre todo a Europa.Al respaldar a las agencias estatales que vigilan y supervisan las mezquitas en su país, el primer ministro Howard se mostró rotundo: «los inmigrantes deben adaptarse. Tómenlo o déjenlo». «Estoy harto de que esta nación se preocupe de si ofende a algún individuo o a su cultura» «…desde que los terroristas nos atacaron en Bali (octubre de 2002) experimentamos una oleada de patriotismo. Sin embargo, el polvo de ese ataque apenas había desaparecido cuando lo políticamente correcto emergió de nuevo y la muchedumbre comenzó a quejarse de la posibilidad de que nuestro patriotismo ofendiese a otros».»…la mayor parte de los australianos creen en Dios. Es seguramente apropiado mostrarlo sobre las paredes de nuestras escuelas. Si ofende a alguien, sugiero que considere otra parte del mundo como su nueva casa, porque Dios es parte de nuestra cultura».»…aceptaremos sus creencias y no le haremos preguntas. Pero daremos por hecho que usted acepta las nuestras, y vive en paz y armonía con nosotros. Si la cruz le ofende, o no le gusta, entonces debería usted considerar seriamente marcharse a otra parte de este planeta» «… «somos felices con nuestra cultura y no tenemos ningún deseo de cambiarla. Proteja su cultura pero no fuerce a otros. Éste es nuestro país, nuestra tierra y nuestro modo de vivir y le permitiremos la oportunidad de disfrutar de todo esto. Pero cuando usted se queje, lloriquee, no acepte nuestra bandera, nuestra promesa, nuestras creencias cristianas o nuestro modo de vivir, sinceramente le animo a hacer uso de otra gran libertad australiana: el derecho de marcharse».¿Será posible convencerlos de que occidente no reprueba a los musulmanes per se? Pero de ellos también depende, que los fundamentalistas o islamistas radicales que se refugian en su religión y se mimetizan con ellos, sean repudiados y contribuyan a su vez, a demostrar al mundo que no tienen nada que ver con esa barbarie. Los inmigrantes que escogen Francia como su país de adopción y los ciudadanos franceses, específicamente en el contexto actual, tienen la más absoluta libertad de abrazar la fe que más les acomode. La mezquita de París, es una de las más grandes, visitadas y bellas de Europa. Practican su culto con libre albedrío, pero de ahí a que algunos pretendan que todos -por la fuerza o el terror- renuncien a sus propias creencias o a su manera de ver la vida y su modo de vivirla, ya es otra cuestión.Ciertas puntualizaciones pueden ser consideradas políticamente incorrectas. Pero tampoco es correcto, tapar el sol con un dedo como pretendiendo ocultar que el fundamentalismo islámico, se ha convertido en una amenaza con escalofriante posibilidad de llevar al mundo a un infernal camino sin retorno.El Día – Santa Cruz