Los Frankensteins de la edad eléctrica

En el siglo XIX, la electricidad era aún una fuerza misteriosa, a la que muchos atribuían asombrosas propiedades. Tras algunos espectaculares ensayos con cadáveres, comenzó a correr el rumor de que podía usarse para devolver la vida e incluso crearla.

La idea de que la electricidad podía ser la causa de la vida se remonta a 1786, cuando el italiano Luigi Galvani se divertía realizando experimentos en su laboratorio. Un día observó que una pata de rana diseccionada se contraía cuando se la colocaba cerca de un generador electrostático. Galvani, intrigado, continuó investigando este fenómeno, que bautizó como electricidad animal y que más tarde se conocería como galvanismo.



Los trabajos de Galvani sobre el efecto de la electricidad en la pata del anfibio llamaron la atención de Alessandro Volta. Para este, las contracciones respondían a que los nervios y músculos de la rana se comportaban como un aparato extremadamente sensible capaz de detectar corrientes eléctricas muy débiles, mucho más que las medibles con el instrumental de la época. Como prueba de sus ideas,Volta inventó la primera batería eléctrica práctica.

La batería de Volta estaba compuesta por una combinación de dos células de materiales metálicos diferentes, como hojalata y zinc, separados por discos de cartón humedecidos y conectados en serie. Su potencia dependía del número de células utilizadas.

 De este modo, se construyó el primer generador de corriente continua, y con él se abrió la puerta a la experimentación para resolver el enigma: ¿escondía la electricidad el secreto de la vida? Es más, ¿qué sucedería si se electrocutaba un cuerpo muerto? El nieto de Galvani, Giovanni Aldini, se lanzó de lleno al peculiar arte de la reanimación de cadáveres y exhibió por toda Europa un espeluznante espectáculo: la electrificación de un finado.Fuente: http://www.muyinteresante.es/