Despiadadas, frívolas e inteligentes: el documental que mejor retrata a las top models

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Naomi, Eva y Claudia, no se necesitan sus apellidos para hablar de ellas

“¿Para qué es esto, chicos?”, pregunta Naomi Campbell sin disimular una desgana cercana al asco. “Para la tele belga. Es un anuncio para un partido de fútbol”, le responde alguien detrás de una cámara. “¿Tele belga?, ¿un partido? Lo odio”, responde la top con la cara que uno imagina que le dedicó a su asistenta antes de lanzarle el móvil que le convirtió en la Malvada Bruja del Oeste de las tops. “Podrías sacar cinco millones”, le aclaran. “¿Cuánto? ¿Cinco millones? Me encanta”, contesta.



La escena es tan breve que, de haberse producido hoy, pronto se habría convertido en un GIF. Pero en realidad forma parte del material nunca antes visto recopilado en Pop Models, el documental que estrenó ayer Canal + 1. (20.30h.) y que retrata a las tops como materialistas, despiadadas y frívolas. Pero también inteligentes (Inès de la Fressange); revolucionarias (Marisa Berenson) e indestructibles (hola, Kate Moss). 54 minutos de auténtico placer para cualquier devoto de las modelos, plagados de entrevistas; escenas robadas en el backstage e imágenes de archivo olvidadas. Un auténtico Hormigas Blancas de Claudia, Cindy o Naomi, quien incluso confiesa ante la cámara que tuvo que descolgar el teléfono para aparecer, por fin, en la portada de Vogue Francia, harta del tabú que hasta entonces eran las modelos negras.

El documental del francés Olivier Nicklaus es un homenaje a las maniquíes de todos los tiempos desde las anónimas de la década de 1940. Aunque, como en la pasarela, algunas roban el protagonismo a otras sin pestañear. Como cuando Jerry Hall (antes de convertirse en la ex de Bryan Ferry y Mick Jagger) cuenta cómo fue descubierta por un booker que le dejó un número de teléfono en la parte inferior de su bikini en Sain Tropez, la playa que cambió su destino cuando decidió viajar hasta la Costa Azul de vacaciones con la indemnización que recibió por un accidente.

A partir de entonces Hall y su larga melena rubia a lo Veronica Lake se convertiría en la estrella de las pasarelas a razón de 1.000 dólares al día. Un récord histórico de la época pero apenas una propina para la autora de una frase impagable. ¨Debajo de esta rubia hay una morena inteligente”, le respondió a un periodista que trataba de ponerle en evidencia en un momento recogido por el documental. La frase, qué sarcasmo, acabaría convertida en eslogan de un spot que también podrá verse a partir de esta noche.

Con la misma solvencia se despacha Inès de la Fressange a los periodistas en las grabaciones del tiempo en el que Karl Lagerfeld le convirtió en su musa. “!¿Pero quién es esa cerda?!”, estalla ante una pregunta incómoda en la televisión francesa antes de contar, irónica y desafiante, que para ser modelo había tenido que acostarse con varios hombres y estallar en una carcajada. La misma que debió de congelarse cuando Lagerfeld decidió deshacerse de ella después de que ella prestara su imagen para el busto de Marianne, símbolo máximo de la República Francesa, aún a costa de perder el contrato de 300.000 dólares anuales que cobró por su exclusividad con Chanel durante siete años. Y eso que en el documental presume de no saber desfilar y se muestra como la gran payasa de la pasarela que siempre fue.

Pop Models puede entenderse como un retrato de nuestra propia historia en los últimos 60 años que se inicia con Bettina Graziani, la estrella de los años 50 y musa del New Look. No sólo fue la modelo más fotografiada y mejor pagada de la época. Ni la mujer que inspiró a Coco Chanel una colección en 1969 y a la que Françoise Sagan dedicó un comentado artículo en Vogue París titulado La eminencia pelirroja. También la primera en hacer de su vida un escándalo al convertirse en la última amante de Alí Khan tras su divorcio de Rita Hayworth (estuvieron juntos hasta el fallecimiento del príncipe en accidente de tráfico en 1960).

Fotografiada por Cartier Bresson o Robert Doisneau, fue a su época lo que las top models capturadas por Peter Lindbergh en la mítica portada del Vogue inglés de enero de 1990 en el que aparecieron juntas Naomi; Cindy; Tatiana Patitz; Christine Turlington y Linda Evangelista, la mujer que tras aquella portada se despachó con un “yo no saco un pie de la cama por menos de 10.000 dólares” y se quedó tan ancha.

“Cindy era ambiciosa. Quería dejar huella y no sabía cómo”, recuerda sobre esa icónica imagen el fotógrafo alemán que convenció a la Crawford para que interviniese en su película Models vestida de motera muy a su pesar. “Trabajar con Linda era un intercambio de ideas precioso”, dice en cambio Lindberg, responsable del corte de pelo a lo chico que hizo que Evangelista perdiese 15 de los 20 desfiles de la pasarela de Milán que tenía ese año (y de que la temporada siguiente sólo se contratase en la misma pasarela a mujeres con el pelo a lo garçon). Es el mismo hombre que ni se lo piensa un instante al definir a la Campbell: “Naomi está completamente loca”. Tras aquella foto, las cinco participaron juntas en el videoclip de George Michael Freedom 90´ y Versace les hizo desfilar para él cantando el mismo tema. Lo demás, es historia del catwalk.

La cinta de Nicklaus (director también de Fashion!, un muy recomendable documental sobre la industria de la moda dividido en tres partes) despierta en el espectador la envidia insana del lector de una de esas revistas que dedican páginas y páginas a descubrir la celulitis de las celebrities. Ahí están Carla Bruni, sus reflexiones inteligentes (“cuando yo era modelo pasamos de ser objeto a sujeto”) y su ajetreada piel (el gran “¿qué se ha hecho esta mujer?” del documental).

Aparece Marisa Berenson, la primera en posar desnuda en el VOGUE USA pese a la reprimenda de su abuela, Elsa Schiaparelli, gran rival de coco Chanel en el período de entreguerras y primera en ser bautizada (por Yves Saint Laurent) como It Girl, según ella misma cuenta en Pop Models. Y surge como una virgen en el backstage una prepúber Laetitia Casta sorprendida en su primer desfile junto a Jean Paul Gaultier (la escena es tan real que cuesta imaginar que fuese preparada).

Y, entre todas, Kate Moss, el equivalente a Martin Margiela entre las modelos, según Nicklaus. “Los dos han tomado la determinación artística de no hablar, de alejarse del mundo, como J.D. Salinger o Daft Punk», dice. Fue la cara que hizo que todas las caras pasasen de moda. La mujer sobre la que el fotógrafo David Bailey deja caer en el documental una frase (dicha hace algunos años) que hoy bordearía la ilegalidad: “Es asexual. Parece una niña. Es bastante erótico de un modo divertido”. 

Aunque uno quisiera ver más, el documental casi finaliza con el canto del cisne de las top: su grandilocuente desfile en el Mundial de Fútbol de Francia en 1998. Y cuando la raza top parece condenada a extinguirse, ahí surgen Natalia Vodianova y su inteligente boda con Antoine Arnault, heredero del imperio LVMH; Cara Delevigne y su ejemplar uso de las redes sociales para sus 5 millones de seguidores o Andreja Pejic, la transexual convertida en ¨la última novia de Jean Paul Gaultier” abriendo el debate del género en la pasarela. Puede que no sean las top que añoramos pero sí las que mejor identifican hoy nuestro tiempo y su profesión. La de quienes, como dice De la Freesange, ejercen “el único oficio que no se elige”.

Fuente: www.revistavanityfair.es