La tragedia en 2010

Rocío Montes



Un vecino de Pelluhue, a unos 322 kilómetros al sureste de Santiago. / AP



La madrugada del 27 de febrero de 2010, a las 3.34 horas, cuando la población estaba durmiendo, uno de los mayores terremotos de la historia sacudió el centro-sur de Chile, con una magnitud de 8,8 grados en la escala de Richter. El movimiento telúrico de una duración de cuatro minutos tuvo su epicentro en el océano Pacífico, frente a las localidades de Curanipe y Cobquecura, localidades ubicadas a unos 400 kilómetros al sur de la capital chilena.

El terremoto dejó daños importantes en la infraestructura de grandes ciudades y pequeños pueblos, desde las regiones de Valparaíso a la Araucanía, donde se concentra cerca del 80% de la población chilena, aunque los mayores daños se dieron en El Maule y Biobío. Hubo destrozos en cerca de 500.000 viviendas y 2.000.000 de damnificados, aunque la mayor pérdida fue la humana: a causa del tsunami que azotó a las costas chilenas y a islas como Juan Fernández, hubo 156 personas fallecidas, 82 hombres y 74 mujeres, además de 25 desaparecidos.

Los sistemas de alerta mostraron en ese momento su fragilidad, ya que la información confusa de las autoridades, que descartaron un maremoto, impidió que la población evacuara las zonas costeras y mucha gente perdiera la vida.

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Fuente: elpais.com