Más de un siglo atrás, los demócratas mexicanos encabezados por Francisco Madero se rebelaron contra el régimen de Porfirio Díaz, el llamado porfiriato, que aspiraba a la perpetuidad por la vía de sucesivas reelecciones. “Sufragio efectivo, no reelección” fue la consigna libertaria de la Revolución Mexicana.En febrero de 2016, las fuerzas democráticas de Bolivia tienen la oportunidad de impulsar una revolución en las urnas, poniéndole freno al porfiriato de Evo Morales.Diversos sondeos de opinión, realizados por firmas distintas, muestran que existe una mayoría antireeleccionista o partidaria de la alternancia republicana, aproximadamente un 52% de la ciudadanía contra un 40-42% proclive a aprobar la reforma personalista diseñada por el Palacio Quemado.Por supuesto, muchas cosas pueden pasar desde aquí hasta los carnavales, periodo en el que sin duda el gobierno central disparará una batería de prebendas demagógicas con la intención de alinear a varios sectores con el perpetuacionismo, aún a costa de introducir importantes desequilibrios en las finanzas públicas.La disyuntiva de febrero estará planteada, previsiblemente, entre una maximización oficialista de mecanismos clientelares, que podría ser tan irresponsable como insuficiente, y la creciente lucidez del electorado boliviano, si atendemos a los resultados tanto de los comicios subnacionales de marzo pasado como de los recientes referendos autonómicos…[email protected]