Crónica del fracaso de los ‘procesos de cambio’

chauEditorial – El DíaEl triunfo de Mauricio Macri en Argentina ha sido destacado como el inicio de una nueva inclinación  del péndulo político latinoamericano y también se señala la caída de los precios de las materias primas que se ha acentuado en los últimos meses, como el factor preponderante que podría acelerar las cosas en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Brasil.Los fenómenos sociales y políticos no suelen ser así de automáticos y tampoco ocurren de la noche a la mañana. En realidad, la situación empezó a cambiar hace mucho en el continente, donde la expansión del Socialismo del Siglo XXI y las ideas del Foro de San Pablo parecían imparables hace una década.No hay duda que la caída en 2009 del hondureño Manuel Zelaya, un candidato a “cachorro” del chavismo fue el frenazo más importante que tuvo este vendaval populista que no pudo conquistar ni una sola posición en Centroamérica, salvo Nicaragua, donde Daniel Ortega sobrevive porque se ha convertido en experto en pactar con todos los sectores políticos y sociales.No se debe dejar de mencionar en este proceso de deterioro de la ola izquierdista y socialista, la derrota de la Concertación, una coalición de izquierda que había gobernado Chile durante 20 años. Y si bien la socialista Michelle Bachelet recuperó el poder en 2013, su segundo mandato es radicalmente diferente al primero, no solo por su alejamiento de los viejos postulados, sino también por la pérdida de confianza de la población desencantada con los escándalos de corrupción. En medio de todos estos episodios aparece la figura del peruano Ollanta Humala, quien había sido fichado de antemano para integrar la gavilla del ALBA,  pero él mismo supo darse cuenta a tiempo de que el aire continental había cambiado y ya no se prestaba para locas aventuras.La destitución del paraguayo Fernando Lugo en 2012, el descalabro brasileño que sepultó las aspiraciones de Lula Da Silva de volver al poder sobre una alfombra roja y por si fuera poco, la muerte de Hugo Chávez que dejó a su país al borde del precipicio y que está a poco de tocar fondo, son señales inequívocas de que el huracán ya no tiene fuerza, un tanto por el deterioro económico, cuya incidencia es indiscutible, pero fundamentalmente, ha sido debido al fracaso total de las políticas sociales, al abuso del poder, a la corrupción y el pisoteo del estado de derecho.El primero en advertir que la situación ha cambiado y tal vez por mucho tiempo ha sido el régimen cubano, cuya actuación fue vital para la expansión populista. Si bien el pedido de Raúl Castro a la población de dejar de chillar “Socialismo o Muerte” y ponerse a trabajar es de larga data, ha sido el acercamiento a Estados Unidos el hito fundamental de este nuevo rumbo de América Latina. El total desinfle Podemos en España es otro de los eventos que hay que tomar en cuenta para notar lo que está sucediendo.Todos están pendientes de lo que ocurrirá en diciembre en Venezuela y en febrero en Bolivia, pero no es cuestión de una fecha específica, sino de un proceso que parece irreversible. Hay que hacer los esfuerzos necesarios para que todo siga desenvolviéndose en el plano pacífico, el hecho más destacable de este giro.