Los oclócratas nuestros de cada día

maggy__talavera_Maggy TalaveraUno de los éxitos más contundentes del actual Gobierno ha sido arropar a su máximo líder en los brazos protectores de doña inmunidad. La confección de este ropaje lleva ya casi una década, pero está lejos de acabar. Cada día aparece un nuevo corte, un detalle único en la costura de la comisura de los labios o en el doblez de la mirada que le permite lucir mejor ante los millones de ojos que miran, pero no ven; oídos que escuchan, pero no oyen; manos que tocan, pero no sienten; y voluntades que votan, pero no eligen. El traje luce impecable y el trajeado, implacable. Con la inmunidad a su favor, lo puede todo.Todo lo puede, excesos incluidos, y no le pasa nada. Administra el dinero público como si fuera suyo, con una discrecionalidad tan llamativa como su traje, tal como lo hace con los bienes y asuntos de Estado, y no pasa nada. Su inmunidad combina bien con un atuendo extra, la impunidad, lo que le permite ir por la vida con el equipaje ligero, aunque la carga sea mayor. Calza kichutes con suelas de plomo, necesarias para ir borrando huellas físicas y también las intangibles, como previniendo el momento en el que tanto ropaje no sirva de nada y la muchedumbre perciba que el rey anda, en realidad, desnudo.Tanto éxito en un disfraz que le permite a alguien hacerse ver como demócrata, cuando en realidad anhela ser totalitario, no es casual, y menos obra y gracia de la Pachamama. Es el logro de una suma de voluntades oclócratas que cada día ganan adeptos de toda laya, dispuestos a aportar con hilos de humo, telas de púas, botones de coca y el encaje de palabras que fuera, con tal de sacarle algún provecho a los retazos que van sobrando del ropaje del oclócrata principal. A unos les gusta sentirse parte de los avivados que usan el poder y a la muchedumbre para gozar a su antojo; a otros, ahogados en sus complejos, les anima el sentirse (tontos) útiles.En esa permanente mejoría del traje inmune/impune del oclócrata principal se inscribe el referéndum previsto para febrero próximo, en el que sus viejos y nuevos adeptos cifran sus esperanzas para dotarle de un ropaje reforzado, para que se afiance en el poder por los siglos de los siglos, amén. Dirán que así lo mandó la voluntad popular, tomada apenas como muchedumbre… y si acaso sufren un revés, no dudarán en cambiar de telas e hilos (tácticas y estrategias), e incluso de costureros, para forzar la hechura de una armadura especial, porque como ya lo dijo uno de sus sastres, los oclócratas se jugarán la vida en febrero próximo…El Deber – Santa Cruz