¿Se agotó la política cambiaria de la Evonomics?

bolivianizacionCon la caída de las exportaciones bolivianas y el aumento de las importaciones -incluido el contrabando- que compiten con la producción nacional, surge la duda sobre un eventual agotamiento en la política de tipo de cambio rígido, bautizada como “bolivianización”, de la administración de Evo Morales.Si esta política cambiaria rígida fue admisible mientras Bolivia se beneficiaba del “superciclo” de las materias primas, en el nuevo contexto económico se ha vuelto cuestionable, y comienzan a proliferar las voces de expertos que señalan que una política semi-flexible como la del bolsín –que imperó en el país entre 1985 y 2005- sería más adecuada a la coyuntura.En ese sentido, el líder opositor Samuel Doria Medina planteó como parte de un paquete de medidas anticrisis la implementación de mini-devaluaciones, que devuelvan la competitividad a las exportaciones de Bolivia y resguarden a los productos nacionales.La respuesta oficialista, por boca del presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Marcelo Zabalaga, fue más ideológica que técnica, estigmatizando a la política semi-flexible del bolsín como parte del denostado periodo “neoliberal”.“Bolivia ya vivió esa situación y se olvida (Doria Medina) que durante 20 años, desde 1985 hasta el 2005, manejamos las minidevaluaciones porque él ha sido parte de uno de los gobiernos del neoliberalismo, y los resultados no han sido buenos”, dijo el titular del BCB, obviando que en la etapa mencionada se vivió una estabilidad inflacionaria mayor a la lograda por la “bolivianización”, ciertamente endeble y que ha tenido que echar mano de recursos coercitivos como la prohibición de exportaciones.Por su parte, el ex presidente del Banco Central Juan Antonio Morales, una de las eminencias indiscutibles de la política monetaria en Bolivia, indica que “en vez de ir hacia la deseable flexibilización, el gobierno decidió congelar el tipo de cambio el año 2011”, añadiendo que se debió haber instrumentado una política de miniaustes similar a la del bolsín.Por supuesto, la adopción de una nueva política cambiaria tendría que ir acompañada por una mayor prudencia fiscal y salarial, pero todos estos temas requerirían de un debate nacional transparente, difícil en medio de la estrategia cortoplacista del gobierno actual, más afín con los shows propagandísticos y las cortinas de humo distractivas…[email protected]