Enemigos y traidores en la derecha y en la izquierda

Hernán Cabrera M.Periodista y ex Defensor del Pueblo

Juan Ramón Jiménez, poeta español, en tiempos de la dictadura de Franco, decía: “Ni de derecha ni de izquierda, ni facho ni comunista, soy un hombre libre” y eso le valió la persecución y las acusaciones de ambos bandos. Los franquistas le decían que era traidor y los líderes de la guerra civil, que estaba con Franco. Pero se mantuvo firme en su posición: tener la libertad de criticar a la derecha o la izquierda de acuerdo a sus convicciones.

En Bolivia de forma coincidente la llamada oposición, que se la relaciona directamente con la derecha, cuando asumió el Movimiento al Socialismo a la cabeza de Evo Morales, las riendas de la Presidencia de Bolivia, llevó a cabo una política de terror y campaña contra todos aquellos que pensaban diferente y que apoyaban el inicial proceso de cambio. Se formò el grupo “Santa Cruz Somos Todos”, al que tuve el honor de ser uno de sus fundadores. Nos decían en el internet, en los medios de comunicación, en las paredes y en cuanto espacio tenìan a su disposición que èramos traidores y enemigos de Santa Cruz. Incluso una alta autoridad propuso en un mitìn político “muerte civil a los traidores”. Y las listas de nuestros nombres aparecían pegadas a los árboles, en oficinas, las repartían por correos, volantes, afiches. Nos insultaban, nos amenazaban, nos cerraban las puertas, en fin, pero la vida continúo y seguimos en la lucha.



Pero de forma coincidente y vaya qué manera de asemejarse, el Gobierno del MAS, utiliza las mismas palabras: “Enemigos y traidores”, y lo relaciona directamente a todos aquellos que se opongan a la cuestionada ruta por el TIPNIS o aquel que critique a los proyectos del Gobierno con el aditamento que se está al servicio del imperio o de la derecha.  Ambos términos siempre han sido usados por las dictaduras militares en Bolivia, Chile, Paraguay o por las revoluciones como la de Francia, Rusia, Cuba. Stalin fue el que quizás más lo usó y lo puso en práctica porque los que planteaban rectificaciones o críticas  a la Revolución eran traidores y enemigos, quienes tenían tres caminos: la Siberia, el exilio o la muerte.

Me cuesta, como hombre  de convicciones políticas y militante de los derechos humanos asimilar estas similitudes en la lucha entre dos posiciones ideológicas, y acà me trae la memoria lo que pensaba Augusto Roa Bastos: “Al enemigo político no hay que dejarlo herido hay que hacerlo desaparecer, porque puede revivir y seguir su lucha”. Y sin duda, el arengar que eres enemigo y traidor te ponen frenos o te llevan a la autocensura y al miedo. Es una especie de cuidarse el pellejo para evitar la fatiga, como decía el Dr. Chapatín.

El enemigo es el adversario, el contrincante, el antagonista, el opositor, el rival, el disidente. El traidor es el conjurado, intrigante, ingrato, insidioso, renegado. Y la traición está contemplado como delito en la Constitución Política del Estado. El pensar diferente a una propuesta, el criticar una ley, el oponerse, el disentir son derechos humanos, que la Constitución Polìtica del Estado garantiza, y por la cual voté por el SI y se promulgó en febrero de 2009.

Lenin Moreno, presidente de Ecuador, en una de sus intervenciones decía: Que los medios ejerzan plenamente la libertad de expresión, que la ciudadanía fiscalice y denuncie, que la oposición critique y aporte. La democracia es eso y mucho màs, y sin duda el gobierno tiene todos los instrumentos para fortalecer su gestión, pero seguir con la cantaleta acusadora de ver “enemigos y traidores”, es contaminarse con lo que la derecha radical hizo en su momento, y de eso lo saben varios compañeros y amigos de luchas y aventuras que hoy son ministros, viceministros, asambleístas nacionales, departamentales, gobernadores del oficialismo, a quienes se les apuntó con el dedo acusador de ser “enemigos y traidores”, y que hoy  esas mismas palabras salen desde Palacio Quemado, suponiendo que se sienten interpelados. Y me pregunto ¿qué pensarán?

El terrible George Bush, con biblia en la mano, decía: Si no están con Estados Unidos están contra Estados Unidos y se merecen toda la ira de Dios.

Hernán Cabrera M.Periodista y ex Defensor del Pueblo