Venezuela: El destino que Bolivia debe evitar

Carlos Pablo Klinsky Fernández*Con una inflación que en 2017 llegará al 720% según el FMI y un desabastecimiento crítico de alimentos y medicinas, la economía venezolana aparece prácticamente arruinada después de dos décadas de socialismo bolivariano.El panorama no es mejor en materia institucional, con un sistema republicano que ha sido desmontado sistemáticamente para dar paso a la hegemonía del Poder Ejecutivo sobre el Tribunal Supremo de Justicia y la Corte Nacional Electoral.Pero sin duda es en el área de los derechos humanos donde el chavismo exhibe sus cifras más negras, con más de 130 muertos en los últimos tres meses, caídos a manos de las fuerzas de seguridad y los “colectivos” paramilitares.La situación paradójica de Venezuela combina por igual tiranía y anarquía, acercándola a la definición de “Estado Fallido”.Y no olvidemos tampoco a la penetración del narcotráfico en altas esferas gubernamentales, lo que incluye al número 2 del régimen, Diosdado Cabello, y a los sobrinos del propio presidente Nicolás Maduro. El caos venezolano es la imagen de lo que podría acabar pasando en Bolivia si no se produce un cambio de curso en los próximos años, poniendo proa hacia un menor intervencionismo estatal en la economía, el reordenamiento del gasto público, la transparencia y la reconstrucción del Estado de Derecho.Por lo pronto, debemos exigirle al gobierno del Movimiento Al Socialismo que cese en su apoyo al régimen autocrático de Maduro, como incluso parece estar dejando de hacerlo Ecuador, otrora integrante del bloque de países populistas.Pero a mediano plazo la solución de fondo sólo puede pasar por un cambio de signo político en el gobierno boliviano.*Senador demócrata