Amalia Pando, 35 años de periodismo bien vividos

La periodista hizo sus primeras armas en radio Cristal, a inicios de los 80. Sus colegas la recuerdan acuciosa y rigurosa. Impulsó la investigación periodística en Bolivia.Ivone Juárez /  La Paz Su voz  potente es inconfundible y la escuchan todos: gobernantes y gobernados. Políticos,  amas de casa, estudiantes, choferes de minibús o de  taxis, vendedores …  Amalia Pando está en la radio de Bolivia desde hace 35 años con esa personalidad fuerte y a veces dura   pero al mismo tiempo sensible, con esa valentía y  solidaridad que la hacen única.Sus colegas hablan de ella, en quien  reconocen  la acuciosidad y rigurosidad con las fuentes y meticulosidad con los datos que presenta en sus investigaciones.Comenzó a inicios de la década de los años 80 del siglo pasado. El periodista Mario Castro la recuerda haciendo sus primeras armas en la  radio que él dirigía, Cristal. Amalia estudiaba comunicación social en la Universidad Católica Boliviana San Pablo  de La Paz  y realizaba  sus prácticas guiadas.En medio de reporteros con  recorrido y gran experiencia, la joven Amalia ya destacaba por sus cualidades evidentemente  innatas para el periodismo.»Vi en ella su inquietud y acuciosidad, su capacidad. En el reportaje se desempeñaba  muy bien. Tenía fuentes que cubrir y lo hacía solventemente y escarbaba en los sucesos noticiosos», recuerda Mario Castro,  que es un referente en la radiodifusión boliviana por sus décadas en ese oficio.El tiempo de las prácticas guiadas de la estudiante de comunicación en radio Cristal pasó rápidamente, pero el sello profesional con el que había marcado su trabajo hizo que  Mario Castro la  quisiera retener para incorporarla al equipo de periodistas destacados que tenía en su prestigiosa radioemisora.»Amalia se sumó a un equipo formado por otros periodistas como Lorenzo Carri, Rodolfo Peláez, Juan Pablo Guzmán y otros,  altamente reconocida por el público», cuenta Castro.En ese entonces radio Cristal innovaba en el mundo periodístico con su programa Caminata, un espacio de despachos informativos directos que los reporteros realizaban desde sus fuentes. La  joven Amalia hacía sus despachos desde el  centro político de Bolivia, la plaza Murillo, donde se encuentran los palacios Ejecutivo y Legislativo,»En esa cobertura Amalia se desempeñó con mucha capacidad. Ya entonces era reconocida por el destinatario de nuestro trabajo, la población, y  contribuía a formar opinión pública. No eran tiempos muy tranquilos (Bolivia vivía una etapa de dictadura militar) y el periodista tenía que darse modos, sorteando  inclusive una serie de barreras, pero Amalia se desempeñó con idoneidad», cuenta el veterano periodista.La reportera trabajó en Cristal alrededor de unos tres años, hasta que   pasó a formar parte del equipo de radio Fides, otro  medio de comunicación de gran prestigio en Bolivia, donde contribuyó entre 1983 y 1989. En ese medio coincidió con el periodista  Edwin Pérez  Uberhuaga, quien la recuerda como una profesional «muy incisiva», con «una sólida formación ideológica».»Eran tiempos en que no había muchas mujeres periodistas. Siempre coincidíamos en las fuentes y competíamos por  hacer la mejor pregunta», cuenta Pérez desde Europa, donde radica hace 16 años y dirige la revista Aquí latinos.Amalia realizaba investigaciones que generaban gran impacto, ya sea porque dejaban en evidencia actos de corrupción en esferas políticas,  desnudaban problemas sociales o tocaban temas sensibles, en los que ella solía  asumir posición a favor de los más vulnerables.Sus  trabajos son innumerables, pero muchos quedaron en la memoria de la gente, como  el del  caso de un niño que  perdió un brazo por intentar recuperar su pelota de una vivienda particular, que como medida de seguridad tenía un muro coronado con cables eléctricos. El pequeño intentó trepar la pared y fue víctima de la electricidad. Los propietarios de la vivienda deslindaban cualquier responsabilidad. Amalia tomó el caso y lo mostró a la gente para defender al pequeño.Entonces su labor  ya era reconocida. En 1987 recibió el  Premio Unicef al programa de radio Algo por qué alegrarnos, mientras que en  1988  mereció   el  Premio  Nacional de Periodismo Luis Espinal. Pero no sólo fue reconocida en Bolivia, sino fuera de las fronteras. En  1988 fue galardonada por el   Sindicato de Periodistas de San Pablo por su trabajo Tres beneméritos no vivieron para contar su última batalla.A la televisiónA inicios de la década de los años 90,  la periodista do saltó a la televisión con lo mejor que sabía hacer: la investigación. Con su programa Frente a frente pasó por canales como Telesistema Bolivia (hoy Unitel), el canal del Estado, Cadena A y PAT, del que fue socia y fundadora junto  con el expresidente de Bolivia Carlos Mesa.En PAT Amalia fue presentadora de noticias y periodista, siguiendo su línea de investigación. En 2003 dejó ese medio para regresar a los estudios de radio;  primero regresó a Fides,  después pasó a Erbol.El periodista Andrés Gómez, que dirigía Erbol, cuenta:  «La  escuchaba por radio cuando estaba en la universidad. Admiraba su inteligencia panorámica, que se traduce en su capacidad de ver lo que el común no ve  o de descubrir lo que el poder cree que está muy oculto.  Sugerí su nombre cuando se desvinculó de PAT».Gómez añade  que Amalia llevó a  Erbol «el buen trabajo periodístico, el periodismo independiente, su  rigurosidad con las fuentes y su meticulosidad con los datos». En esa emisora la periodista dirigía el programa En directo con Amalia Pando, que se extendía a toda la mañana. «Eran tiempos de advenimiento del llamado proceso de cambio, continúa Gómez.Hace esa precisión porque -añade- «con su periodismo independiente Amalia trajo (a Erbol) la presión del Gobierno». «Pero resistimos creativamente para cumplir el servicio de informar», asegura.En esa radioemisora la periodista asumió una posición crítica al Gobierno y de  denuncia de casos de corrupción , lo que le valió  recibir incluso amenazas de juicios por parte del Poder Ejecutivo. Se mantuvo en ese medio  hasta 2015, cuando se vio obligada a renunciar por  -en palabras de ella misma- la «asfixia económica» a la que el Gobierno sometió a Erbol. «Una asfixia económica por parte del Gobierno, impartida por el señor Presidente del Estado Plurinacional  y ejecutada por el Ministerio de Comunicación», escribió Amalia en su carta de renuncia a ese medio.Su salida de Erbol se dio pese a una gran movilización ciudadana que le demostró su respaldo, lo que la llevó a continuar su trabajo en otras radioemisoras, hasta que desde 2016 se estableció  en radio Líder, medio de comunicación de la Gobernación de La Paz, donde, en las mañanas, dirige y conduce Cabildeo con Amalia Pando.En esta nueva etapa la acompaña la periodista Roxana Lizárraga, quien asegura que vive el mejor momento de su carrera porque tiene como guía a una «gran periodista». «Aprendí a analizar, a no ser ingenua. Es extremadamente exigente con los tiempos. Le gusta que estemos actualizados, que hagamos investigación», dice.Amalia y su nuevo equipo han saltado de la radio a  internet y su programa que mantiene la crítica al actual régimen se difunde incluso por Facebook. «Por internet cada día nos escuchan más de 20.000 personas, en Bolivia y 40 países», comenta Lizárraga. Edwin  Pérez afirma desde Europa que Amalia Pando «es parte de las fuentes que tenemos los migrantes para medir el pulso del país».  «Varios migrantes siguen sus pasos en las redes sociales», añade.Es que esta periodista, que tiene 35 años de ejercicio de periodismo en Bolivia, además de ser inspiración para muchos periodistas jóvenes, se ha convertido también en un referente de la libertad de expresión en Bolivia.Raúl Peñaranda: «Mientras Amalia esté firme muchos otros lo estarán»Raúl Peñaranda U.Amalia Pando es una de las más importantes periodistas bolivianas y su rol es crucial para el mantenimiento de la libertad de expresión en Bolivia y lo poco que queda de democracia en el país.En un ambiente de muy pocas voces críticas e independientes y ante un régimen muy fuerte que tiene un deseo indisimulado de eternizarse en el poder, la presencia de Amalia y de su programa Cabildeo es muy importante. Además, en los últimos meses, su página web ha sido fortalecida y ahora incluye noticias, columnas y opiniones, además de lo que el programa mismo produce en la radio.La actitud independiente y crítica de Amalia ha hecho que el Gobierno desarrolle una estrategia de acoso y asfixia económica contra sus iniciativas. Un grupo de anunciadores, tanto para el programa como para la página web, publicitan en su programa de radio y página web, pero su número es reducido debido a que las presiones que ejerce el régimen llegan también a ellos.Pero eso no le ha quitado a Amalia  Pando su fortaleza y valentía. Muchos colegas ven su ejemplo y mientras ella tenga la firmeza actual, seguirán también ellos firmes en su idea de hacer un periodismo independiente y crítico.Hoja de vida

  • Carrera.- Comunicación Social, Universidad Católica Boliviana  San Pablo, La Paz
  • Especialización.-    Estudios de Periodismo, Escuela de Periodismo, Universidad de Chile, Santiago de Chile;  Administración de Empresas, Instituto Universitario de Economía Social y Cooperativismo, Indesco, Bogotá, Colombia
  • Premio.-  Rey de España, género TV, por el reportaje de investigación  Policías y ladrones  (programa Frente a frente), Madrid, España, entregado por el rey Juan Carlos, 1993.
  • Premio.-  Vladimir Herzog, categoría radio, al programa Tres beneméritos no vivieron para contar su última batalla, Sindicato de Periodistas de San Pablo, Brasil, 1988
  • Premio.-  Unicef al programa de radio Algo por qué alegrarnos, entregado en La Paz, 1987.
  • Premio.-  Nacional de Periodismo, género televisión, otorgado por la Asociación de Periodistas de La Paz al reportaje de investigación El Estado vs. Landívar, 2001.
  • Premio.-  Nacional de Periodismo Científico, género televisión,  otorgado por la Universidad Mayor de San Andrés, 1999
  • Premio.-  Nacional de Periodismo, género televisión, otorgado por la Asociación de Periodistas de La Paz al reportaje de investigación Norte y sur, 1997.
  • Premio.-  Nacional de Periodismo Luis Espinal, otorgado por el Núcleo de Valoración y Promoción Comunicacional, 1988.
  • Debates.-  Entrevistadora de los debates presidenciales en Bolivia  1989 y 1993.

 Fuente: paginasiete.bo