Armie Hammer se defiende por ser blanco, rico, guapo y buen actor

El actor borra su Twitter después de contestar a una periodista que escribió un artículo atacándole.

Armie Hammer se defiende por ser blanco, rico, guapo y buen actor

La carrera de Armie Hammer ha tenido momentos muy bajos. Tras catastróficos estrenos como los de El llanero solitario, el blockbuster que en algún momento prometía convertirle en toda una estrella, la carrera de Hammer se diluyó. Al menos, hasta ahora. El actor ha encontrado de nuevo la llama gracias a su papel en la aclamada cinta indie Call Me By Your Name, que ya suena para estar en los Oscars del año que viene, y los artículos tratando de bajarlo otra vez de la nube no se han hecho esperar.Este pasado domingo, la periodista de BuzzFeed Anne Helen Petersen publicó un perfil sobre el actor repasando sus años en Hollywood. En el artículo —titulado ‘Diez Largos Años Tratando Que Armie Hammer Ocurra’—, Petersen repasa la carrera de Hammer basándose en sus elecciones profesionales, las entrevistas que ha concedido y varias narrativas que ella misma construye por su cuenta para llegar a una (tristemente cierta) tesis muy arraigada en la industria del cine estadounidense: «El problema no es que a Armie Hammer le dieran tantas oportunidades para [ser una estrella], sino que el sistema aguantara todas esas oportunidades —así como las de otros tantos hombres blancos».La publicación del perfil llamó la atención del propio Hammer, que el domingo contestó a Petersen en Twitter: «Tu cronología está acertadísima, pero tu punto de vista es amargado de co**nes. ¿Quizá sólo sea un tío que ama su trabajo y se niega a hacer otra cosa que no sea lo que ama…?». Este pasado lunes, Hammer borró su cuenta de Twitter después de que su tuit se hiciera viral —aunque no necesariamente por esa razón—, sobre todo con numerosos seguidores apoyando su contestación a Petersen por el tono del artículo.Porque antes de llegar a la justificable conclusión de los hombres blancos todo lo dominan, Petersen se toma la libertad de asestar multitud de golpes a Hammer. Por ejemplo: «¿Es realmente Hammer una estrella excepcional que finalmente está encontrando su nicho — o se trata simplemente de un hombre blanco guapo con pedigrí al que finalmente le han permitido tener, de una forma que a pocos otros en Hollywood, infinidad de oportunidades para ser descubierto?». O por otro lado: «También se comportaba de la forma en la que gente que ha crecido con dinero lo hace normalmente: con confianza y carisma o, si eres menos generoso, como un tanto gilipollas». Esto último, sin sustentarlo en nada concreto.Quizá también sirva este otro pasaje del perfil sobre el pasado de Hammer en las Islas Caimán, donde vivió cinco años cuando era un adolescente: «Pero el privilegio que le permitió tener un camino hacia el estrellato está cuidadosamente empapelado con historias de un Hammer vago y con poco tacto». Para esas críticas, la periodista menciona específicamente dos anécdotas: una en la que Hammer quemó algo de gasolina y otra en la que vendía revistas Playboy a sus compañeros en el insituto. Historias que contó él mismo, arrepentido, en una entrevista. Y cuando Petersen le llama vago, lo hace sin referir a la excusa que dio Hammer al respecto de su ausencia en la universidad durante tres trimestres: no era lo que él quería hacer entonces con su vida.Entre las varias teorías que Petersen defiende a lo largo del artículo, la mayoría ronda en torno a la idea de que Hammer y sus publicistas han intentado manipular su imagen para adecuarla a lo que el sistema acepta: hombres blancos heterosexuales —el heteropatriarcado, básicamente. Petersen defiende esa tesis menospreciando por el camino la carrera de un actor que lleva años intentado hacerse un nombre en Hollywood con, ella misma lo dice, numerosos buenos papeles, como los gemelos Winklevoss de La red social o el Oliver de Call Me By Your Name.Precisamente en la noche del lunes, Call Me By Your Name se coronó en los prestigiosos premios del cine independiente Gotham Awards como la mejor película del año.Fuente: revistavanityfair.es