Una fábula peligrosa

Manfredo Kempff Suárez

Desde que S.E. empezó a utilizar el Twitter nos preocupamos debido a que es un medio que, al tenerlo a mano, no escapa a quien lo utiliza de emitir criterios precipitados, equivocados, poco analizados, o peor todavía, agresivos al calor del momento. Esto no es algo que solo le puede suceder a S.E., sino que vemos que pasa con mandatarios de naciones poderosas, lo que puede ser mucho más comprometedor y provocar situaciones conflictivas en la política o las finanzas a nivel mundial.

Pero sabemos que el Twitter de S.E. no lo maneja él solamente; que hay otras manos u otras ideas palaciegas que sugieren asuntos que no deberían tratarse a la ligera. Y el último de los Twitter (hasta hoy viernes en que escribimos) es una fábula peligrosa y falsa que afecta a la diplomacia, asunto que se debe tratar con extremo cuidado, más aún si se refiere al tema marítimo. En medio pleito con Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, debemos ser extremadamente cuidadosos para no caer en errores o contradicciones que la cancillería chilena pueda aprovechar y la nuestra lamentar.



Resulta que con la apertura de los documentos desclasificados ordenado por el presidente Trump, ha aparecido, entre miles de cosas, una mala interpretación respecto a las negociaciones que emprendieron los presidentes Banzer y Pinochet, en Charaña, entre los años 1975 y 1978. Con seguridad que la misión norteamericana en Santiago se enteró de que en diciembre de 1975 Chile tenía lista lo que fue su propuesta a Bolivia sobre la cesión de un puerto soberano ubicado entre el casco norte de Arica y la Línea de la Concordia, que se formalizó por escrito el 19 de ese mes. Eso era algo reservado como toda negociación importante que busca un fin, pero la embajada de EE.UU., como no podía ser de otro modo, conoció algo de su contenido. Suponemos que el embajador norteamericano envió un informe al Departamento de Estado comentando que, en secreto, Bolivia y Chile estaban llegando a un acuerdo para resolver el peliagudo tema.Eso ha aparecido en estos días en la prensa y resulta que S.E., mediante el Twitter, se ha lanzado al aire afirmando haber hallado algo que parecería paralelo a las negociaciones diplomáticas que se llevaban a cabo por entonces: “Documentos desclasificados por Trump revelan que en diciembre de 1975, Chile hizo una oferta secreta a Bolivia: un corredor de 10 kilómetros”. ¿Cuál es la novedad?, nos preguntamos. Novedad y escándalo sería que S.E. hubiera encontrado entre los envíos del embajador norteamericano en Santiago, evidencias de que existía la negociación oficial entre Bolivia y Chile, y otra simultánea y secreta en que La Moneda nos ofreciera un territorio costero en el Pacífico.Todos sabemos que la negociación de Charaña fracasó por varios motivos que no son del caso examinar en esta nota. Pero que en otro “tuit” S.E. afirme que Bolivia buscaba una alianza con Chile, contra Perú, es algo que no tiene pies ni cabeza. Jamás Bolivia insinuó ni se sintió insinuada a una alianza contra Perú, porque la hubiera descartado de plano y la hubiera denunciado. Bolivia no aceptó una alianza con Chile ni durante la Guerra del Pacífico, cuando en pleno 1879 los chilenos eran claros vencedores y trataron de tentar al presidente Hilarión Daza a desconocer el Tratado de Alianza Defensiva con Perú de 1873, con las famosas “bases” chilenas que pudieron ser muy convenientes para Bolivia y haberle salvado de su enclaustramiento.Así que esto de una alianza con Chile contra Perú en 1975 es una lamentable equivocación, porque la embajada de EE.UU. se enteró de que Bolivia y Chile negociaban un acuerdo, reservadamente por supuesto, pero que no iba en contra de Perú, sino que estaba destinada a lograr una salida soberana al mar para nuestro país. Las negociaciones boliviano-chilenas, eran, además, de pleno conocimiento de Lima, porque desde el primer momento tanto Bolivia como Chile hicieron saber de las gestiones a la cancillería de Torre-Tagle.El “hallazgo”, en consecuencia, no sirve como un argumento más de Bolivia ante el tribunal de La Haya, porque no es ninguna novedad y no fortalece en nada la posición boliviana, que, por el contrario, podría verse perjudicada al evidenciar desconocimiento de la materia e irresponsabilidad en su divulgación. Además se debe dejar en claro, con absoluto rigor, que en ningún momento Bolivia recibió propuesta alguna de alianza contra Perú de parte de Chile.