Cómo Alejandro Sanz se refugió en casa de Miguel Bosé durante su divorcio de Jaydy Mitchell (y en el alcohol durante la grabación de ‘El Tren de los Momentos’)

El guionista y codirector de ‘Sanz: Lo que fui es lo que soy’ habla con ‘Vanity Fair’ de la película que recoge la vida y obra del cantante.

jaydi

“Es mucho más fácil ser una persona normal”. Alejandro Sanz (Madrid, 1968) no vacila al hablar de ese “monstruo” difícil de encarar que es el éxito. Sin embargo, Alejandro Sánchez Pizarro, aquel chaval del barrio de Moratalaz que soñaba con ser una estrella del rock, nunca pensó lo mismo. Por suerte para él.Artífice de los dos discos más vendidos de la historia de la música española –Más (1997) y El alma al aire (2000)–, desde entonces todo lo que toca se convierte en oro. Y es de esperar que con Sanz: lo que fui es lo que soy, el documental que radiografía su carrera, ocurra lo mismo. No en vano, la cinta, que se estrena hoy, agotó en menos de una hora las entradas para su apertura en la recuperada sección Málaga Premiere del festival de cine español.Producida por Telecinco Cinema y Sacromonte Films, con la distribución de Avalon, el filme forma parte del pack de celebración del 20º aniversario del álbum que marcó la senda de la industria en España y supuso un hito en la música nacional e internacional.



alejandro Sanz

La película, ideada como una cuenta atrás que termina el día del concierto Más es Más, registra los ensayos realizados con los músicos de su antigua banda –los de la gira de 1998– y los de la actual en la finca que el cantante tiene en Jarandilla de La Vera (Extremadura). Así, con el directo celebrado el 24 de junio de 2017 en el Estadio Vicente Calderón de Madrid como aglutinante, el filme repasa minuciosamente la trayectoria vital de Sanz a través de sus discos y los momentos más destacados de su carrera. Lo hace gracias a la hemeroteca familiar –fotografías y grabaciones caseras de sus padres–, material de su discográfica, archivo televisivo, entrevistas con su círculo más íntimo y testimonios de muchos compañeros de profesión. Y, si bien cinematográficamente puede no aportar nada nuevo, el resultado es un producto perfecto de mercadotecnia. Y el reconocimiento audiovisual a un icono irrefutable de la cultura popular.“Cuenta la historia de alguien que persigue sus sueños. El viaje de un niño que, desde pequeño, quería ser artista y escribir canciones”, explica su guionista Óscar García Blesa, autor también de #Vive (Editorial Aguilar), la biografía autorizada de Sanz. “Yo soy ese”, le decía el del Corazón partío a su madre cuando ella trataba de disuadirle explicándole que “en eso de la música triunfaba uno entre un millón”. Con más de 25 millones de discos facturados, siendo el artista español con mayor número de Grammy (20 Premios Grammy Latinos y 3 Premios Grammy), doctor honoris causa por la Universidad de Berklee, honrado por la Academia Latina de la Grabación como Persona Del Año 2017, a nadie se le ocurriría hoy llevarle la contraria a aquel adolesente.

Alejandro Sanz Paco de Lucia Miguel Angel Arenas Capi

“Quiero estar en esto aunque sea llevando los cafés”, cuenta Capi, su mentor durante años, que perjuraba Sanz cuando aún era Alejandro Magno y defendía que Los chulos son pa’ cuidarlos (1989). Cuando se sacaba unos duros haciendo de guitarrista en el cuadro flamenco Soleá, cuando empezaba como corista y músico de sesión. Cuando la maqueta de Viviendo deprisa estaba pensada “para colocársela a otro artista”. Cuando, como el propio cantante recuerda, “iba a tocar en los puticlubs prácticamente por lo que costaba el taxi de ida y vuelta”. Porque el camino de Sanz, pese a lo que puedan pensar algunos, no siempre fue fácil de transitar.

 Alejandro Sanz Joaquin Luqui

Eso sí, las (pocas) sombras de su carrera se cuentan en primera persona. “Para escribir el libro recogí 236 testimonios. No hubo nadie que me hablara mal de él y en el proceso de realización de la película ha ocurrido lo mismo. Si hubiera habido algún testimonio punzante se hubiera incluido. Pero no ha sido así. Los temas incómodos no existen como tales”, explica Blesa. De hecho es el propio Alejandro el que recuerda los episodios dolorosos. Él mismo cuenta lo que le costó conseguir la carta de libertad de su primera discográfica y ataja episodios como el acoso de la prensa tras su boda con la modelo mexicana Jaydy Michel –que le llevó a refugiarse un año y medio en casa de su amigo Miguel Bosé–; la extorsión que trataron de ejercer sobre él unos antiguos empleados –que tuvo como resultado el reconocimiento público de su hijo Alexander, fruto de su relación con la diseñadora puertorriqueña Valeria– o su etapa vital más oscura coincidiendo con la gestación de El tren de los momentos (2006). “En aquella época mi mundo interior se apoderó del exterior. Mis musas vivían borrachas, tiradas por los pasillos. Pintaba las paredes de la casa de forma compulsiva (…) como un grito desesperado”, confiesa Sanz en el documental.“La película intenta mostrar cómo un niño persigue el éxito y cómo maneja ese éxito cuando lo consigue. Hay una parte muy bonita que es explicar que las cosas no siempre son fáciles, que para conseguir esas metas hay un proceso mucho más difícil de lo que parece. Como forma parte de nuestras vidas desde hace tantísimo tiempo, uno tiende a pensar que Alejandro siempre ha estado ahí. Pero hubo alguna zancadilla… Con el álbum que hace con Hispavox, con las maquetas que no fueron aceptadas en un primer momento, ¿quién iba a imaginar que 25 años más tarde iba a ser probablemente el artista español más importante?”, se pregunta el guionista.

Alejando Sanz Miguel Bosé

Pese a esos momentos puntuales, Sanz: lo que fui es lo que soy es una película de alegrías. “¿En qué mides el éxito? ¿En tickets vendidos, en discos? Mi premio es cuando escucho a 40.000 personas cantando una canción mía”, sentencia Sanz en el filme. Como su vida, el relato no deja de ser un rosario de cifras récord, un compendio de recuerdos con una importante carga emocional. No falta la figura de Jesús Sánchez, el padre de Alejandro, que planea sobre toda la película; la puesta en valor de la importancia de Paco de Lucía en la carrera de Sanz –al que el guitarrista consideraba un igual–, su amor por el flamenco, el reconocimiento profesional –destaca su trabajo para consolidarse en Latinoamérica– y el cariño hacia Alejandro de sus músicos y de los miembros de todos sus equipos discográficos; sus logros internacionales; sus importantes contribuciones filantrópicas.Además, la cinta [que Blesa firma junto a Mercedes Cantero, Alexis Morante y Gervasio Iglesias] ofrece material inédito como el vídeo del debut de Jinete inmortal –grupo de heavy con una primera y única actuación que Sanz montó con su amigo de la infancia Carlos Rufo–, la llamada de Michael Jackson que Sanz recibió tras grabar su MTV Unplugged (2001) –otra vez haciendo historia siendo el primer artista español del formato–, o el interior de la pequeña ermita en la que el cantante conserva los restos de sus progenitores. Memorabilia que hará las delicias de los seguidores del compositor.Incluso hay un momento que tal vez no esperan: imágenes de sus cuatro hijos–Manuela, de 17 años, Alexander, de 15, Dylan, de 7, y Alma, de 4– jugando juntos. “La idea era contar su historia y en esa historia están sus hijos. Al igual que en el epílogo del libro son protagonistas, supongo que en la película quería mostrar su orgullo como padre, la satisfacción de enseñar al mundo que ha construido una familia bonita. La narración de la peli está hecha desde su refugio, su guarida, donde prepara sus proyectos, en el entorno más cercano y familiar posible, rodeado de su mujer, sus tíos y la gente que le quiere… Y en este caso sus hijos son seguramente su mayor premio”, explica el periodista.Una exposición mediática que no deja de sorprender conociendo el celo del cantante por preservar su intimidad. Y que inevitablemente lleva al espectador a cuestionarse cuánto control ha podido ejercer el cantante sobre el resultado final de la película. “Él no ha puesto líneas rojas. En el guión no ha intervenido nada. Alejandro es muy poco injerente. Deja trabajar a los equipos, es muy respetuoso con el trabajo de los demás. Lo único que quería es que se contara lo mejor posible”, asegura Blesa. “Lo que si es verdad es que siempre se involucra mucho en cualquier proyecto que tenga que ver con su carrera y más si se trata de contar su historia. La película la ha visto un montón de veces, siempre buscando la excelencia, que fuera natural, de verdad. Eso es algo que se ha perseguido desde el principio, que no haya nada impostado”.Desde que el cantante anunciara el estreno del documental, la reacción del público ha sido abrazar el proyecto como arropa todo lo que hace. Y más porque desde el principio, cuando se confirmó el concierto conmemorativo del Calderón, Sanz ha insistido mucho en el hecho de que su trayectoria sería impensable si no hubiera tenido a sus fans apoyándole. “Está agradecido y devolviendo todo ese cariño y apoyo que ha recibido durante un montón de años”, confirma Blesa. Y todo apunta a que sus #fams (así nombra a su comunidad en redes) están esperando el siguiente capítulo con fruición.No parece que falte tanto. “Por lo que ya he podido ir viendo y escuchando, el Alejandro del futuro es un Alejandro fascinante. Que como artista tenga una marca registrada, un sonido propio, no significa que no intente reinventarse y apostar por cosas nuevas. Queda Alejandro para rato. Ya está pensando en el próximo proyecto, en los colores del próximo disco, en cómo mejorarse a si mismo. Va a dar seguro muchísimas sorpresas aún porque es una persona atléticamente inconformista. Al final su único rival es él y busca conseguir su mejor versión”, zanja Blesa. Y mientras ese momento llega, Sanz no deja de generar éxitos. El éxito que él, haga lo que haga de aquí en adelante, siempre será.

Fuente: revistavanityfair.es