Humberto Vacaflor Ganam
Las curvas de la propaganda y la realidad están a punto de cruzarse cuando Argentina le toma la palabra al gobierno boliviano y dice que quiere comprar un volumen adicional de gas durante el invierno.
La propaganda ordena que se hable ahora de vender mayores volúmenes de gas a los vecinos a pesar de que todos sabemos, comenzando por los vecinos, que Bolivia se está quedando sin gas.
La misma orden ha sido enviada a quienes manejan los datos del PIB, con la recomendación de que el presidente Evo Morales ha ordenado que, de todos modos, cueste lo que cueste, incluso torturando a las cifras, se debe informar que el crecimiento es superior a 4,5%.
El ministro argentino, Juan Luis Aranguren, pone cara de circunstancias cuando habla de comprar el volumen adicional, y por momentos sonríe, porque sabe que con el dinero que Bolivia pague por el incumplimiento, más la multa, podrá importar gas natural licuado, que es más caro.
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El año pasado Bolivia tuvo que pagar multas a la Argentina, pero no se dio la noticia porque todo se resolvió descontando el monto del pago correspondiente al gas enviado.
Ahora, la apuesta de la propaganda debe duplicarse y llegar a ofrecer no solamente el gas comprometido, sino incluso mayores volúmenes, sólo porque el gobierno quiere impresionar a los electores.
Las cifra sobre la producción boliviana, que Mauricio Medinaceli obtuvo de los servicios de información de los países vecinos, dicen que en este momento el volumen llega a 54 millones m3/d, justamente cuando se necesitan 64 millones (30 para Brasil, 20 para Argentina y 14 para el mercado interno). Ahora, con el compromiso con Argentina, el volumen requerido aumenta a 65 millones durante el invierno. El embajador argentino, Normando Álvarez, ha dicho que el volumen que quiere su país en el invierno debe ser de un millón m3/d adicionales, con la condición de que Bolivia acepte enviar en el verano un volumen inferior al convenido en el contrato.
Quizá allí se pueda vislumbrar una solución. Argentina pedirá menos gas y Brasil buscará renovar el contrato por volúmenes menores y a precios inferiores a los que rigen ahora.
Cuando lleguen las multas la campaña del presidente candidato estará en su mayor intensidad. Y la propaganda deberá esforzarse por ocultar las cifras, algo que el gobierno hace con maestría.
Fuente: Vacaflor.obolog.com