Los últimos primeros ministros conservadores dejaron su puesto muy debilitados debido a conflictos provocados por la relación de Reino Unido con el bloque.
Thatcher tuvo intensos debates sobre si Reino Unido debería unirse al Mecanismo Europeo de Cambio (EMR), la génesis del euro, al que decidió unirse en 1990, medida que después fracasó. Fue este tema el que provocó una rebelión al interior del partido y que terminó con su renuncia, en noviembre de 1990.Su sucesor, John Major (1990-1997) no tuvo un final muy diferente. Quien fuera ministro de Hacienda durante el gobierno de Thatcher tuvo que supervisar la fallida entrada al Mecanismo Europeo de Cambio (EMR) de Reino Unido. Sin embargo, fue Major quien estuvo a cargo de la humillante salida de los británicos del EMR, en el conocido “miércoles negro”, ocurrido el 16 de septiembre de 1992, cuando el gobierno conservador británico se vio obligado a retirar la libra esterlina del ERM después de que fuera incapaz de mantenerse por encima del límite inferior acordado.Ante este panorama, Major negoció el Tratado de Maastricht, que profundizaba la integración política del bloque y fundaba la Unión Europea. Esto, pese a que enfrentó una dura oposición del Partido Conservador.Major logró sobrevivir a un intento de desafío a su mandato e incluso se le captó diciendo a tres rebeldes de su colectividad que eran “bastardos”.A diferencia de Thatcher no renunció a su cargo, pero quedó muy debilitado y no pudo salir victorioso al enfrentarse al laborista Tony Blair, en 1997.Tras 13 años de gobiernos laboristas, en 2010 asumió como primer ministro David Cameron, que enfrentó una creciente ola de euroescepticismo en su partido, que lo llevó a prometer la realización de un referendo sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea durante la campaña para las elecciones de 2015.El 23 de junio de 2016, un 52% de los británicos votó a favor del Brexit y un 48% en contra, sorprendiendo a Cameron, quien había hecho campaña a favor de la permanencia de Reino Unido en el bloque.A Cameron no le quedó otra que renunciar. Esto, porque consideró que no era “correcto para él” llevar al país en esas negociaciones, por lo que después asumió Theresa May, con la “herencia maldita” del Brexit.