Se han conocido guerras por el charango, por la propiedad de la saya, del pisco y también hay disputas por la paternidad de la Diablada. La próxima contienda que se viene es por el “cuñapé”, ese delicioso horneado hecho con harina de yuca y queso, que en Argentina y Paraguay llaman Chipá y en Brasil, Pão de queijo, aunque desde México hasta la Patagonia hay variantes muy parecidas como el Pan de yuca y el Buñuelo colombiano, donde también se consume un pariente cercano, el Pan de Bono, denominación con la que este panecillo cruzó la frontera y se metió en los supermercados estadounidenses. Para que esta no parezca una columna gastronómica hay que decir que la UNESCO acaba de irritar a los paraguayos al afirmar que el cuñapé o chipá es una comida típica argentina, hecho ha provocado una reclamo oficial del gobierno. El organismo de la ONU podría asegurar que no hay por qué protestar. Todas estas masas se inspiraron en la almohábana o almohábano, que deriva del árabe “al-muyabbana”, que significa «la quesada» o «la que tiene queso», o como «torta». Mientras en este lado del mundo libramos estas peleas, en Corea del Sur, Israel, Finlandia o Irlanda, luchan por estar entre los países que más patentes registran.
Fuente: eldia.com.bo