El comercio exterior boliviano está en caída libre y no tiene visos de que mejore en los próximos meses. Tanto las exportaciones como las importaciones han caído producto de la crisis ocasionada por la pandemia del COVID-19 o nuevo coronavirus.

De enero a julio de este año, el valor de las exportaciones se contrajo un 26% y las importaciones en 34% con relación al mismo período de 2019, según la información recopilada y sistematizada por La Razón de la página web del Instituto Nacional de Estadística (INE).

En dicho período de análisis, el valor de las ventas al exterior ha pasado de $us 5.081 millones a $us 3.757 millones mientras que las compras se han contraído de $us 5.707 millones a $us 3.767 millones, lo que confirma la retracción de la economía boliviana.

El INE ya no publica desde junio de este año el Boletín Estadístico de Comercio Exterior, donde se describía toda la información sistematizada sobre el valor de los principales productos exportados e importados (por categorías y actividad económica), así como el saldo comercial.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó el 6 de agosto un nuevo informe en el que señala que el comercio internacional de la región tendrá una pronunciada caída de 23% en 2020, más de la anotada durante la crisis financiera de 2009 —cuando disminuyó 21%— como consecuencia de los efectos económicos derivados de la pandemia del coronavirus (COVID-19).

El documento, titulado “Los efectos del COVID-19 en el comercio internacional y la logística”, proyecta que el valor de las exportaciones regionales se contraería -23% este año y el de las importaciones -25%, cifra también superior al -24% anotado durante la crisis financiera de 2008-2009.

La disminución se da en un contexto global en el cual el comercio mundial acumula una caída de 17% en volumen entre enero y mayo de 2020. América Latina y el Caribe es la región en desarrollo más afectada por esta coyuntura y estará marcada principalmente por los retrocesos en los envíos de manufacturas, minería y combustibles.

El desplome del turismo (-50%) arrastrará a las exportaciones de servicios, especialmente del Caribe, mientras que el comercio intrarregional mostrará también una fuerte contracción de -23,9%, especialmente de manufacturas. Todo esto resultará en una pérdida de capacidades industriales y una ‘reprimarización’ de la canasta exportadora de la región, advierte el informe.