Centros, postas de salud y comunidades Yuki, Yuracaré y Chiquitanas reciben suministros de bio seguridad

Acciones de Unicef contra el coronavirus

La pandemia del COVID-19 colocó a las naciones indígenas de Bolivia en situación crítica, ellas enfrentan riesgos importantes como la escasez de alimentos y acceso a salud. Unicef apoya a esas poblaciones con 2.865.000 Bs. para mejorar la nutrición; educación, comunicación, salud; y agua, saneamiento e higiene.-

Jóvenes líderes de las comunidades Chiquitanas y Guarayas recibiendo los kits de Bio seguridad. Todos y todas ellas mantienen una campaña de reporte de casos de Covid y violencia a sus autoridades originarias.

(La Paz, 13 de septiembre de 2020).- Para reducir las consecuencias de la pandemia del Coronavirus y de la cuarentena establecida por esa enfermedad, Unicef está en pleno proceso de adquisición y entrega de suministros de bioseguridad a familias Yuki, Yuracaré y Chiquitana. Además, se entregaron insumos de bioseguridad para el personal de salud de centros y postas de salud al servicio de esas poblaciones indígenas en los municipios de Cochabamba y Santa Cruz.



Al personal y los servicios de salud se entregaron barbijos N95, guantes de nitrilo, gafas herméticas con ventilación lateral, alcohol en gel, desinfectante de piso, y jabón líquido. Para las familias de las poblaciones atendidas se entregaron suministros esenciales para la prevención del COVID-19 y la higiene familiar como, barbijos de tela, detergente en polvo, jabón líquido anti bacterial, alcohol en gel y desinfectante para piso.

En Cochabamba, la donación llegó a comunidades Yukis y Yuracarés del municipio de Chimoré, Villa Tunari y Puerto Villarroel donde se distribuye a 5 centros de salud y 8 postas de la red indígena de salud de ese departamento, así como directamente a 1.150 familias Yukis y Yuracarés de 55 comunidades.

Entrega de suministros de bioseguridad para centros y postas de salud del trópico cochabambino, así como para entrega directa a familias indígenas Yuki y Yuracaré

En Santa Cruz, los insumos de bio seguridad llegaron al municipio de San Antonio de Lomerío y los puestos de salud de Fátima, Palmira, Puquio Cristo Rey y San Lorenzo. También se entregará de forma directa a 1.000 familias de la nación Chiquitana. Se estima lograr un impacto en 30 comunidades.

Entrega de suministros de bioseguridad a personal de centros y postas de Salud de Lomerio.

Entrega de suministros de bioseguridad a personal de centros y postas de Salud de Lomerio.

Además, se donará el suplemento nutricional Nutribebé para mejorar el estado nutricional de 342 niños Chiquitanos, 40 niños Yuki y 260 Yuracaré.

 

El Impacto de la pandemia en poblaciones indígenas

La Constitución boliviana reconoce 36 naciones indígenas. Las naciones Aymaras y Quechuas representan el 60% de la población total nacional, ambas habitan la región andina. 34 pueblos indígenas viven en las tierras bajas, son menos del 10% de la población total y residen principalmente en el Beni, Santa Cruz y Pando: Guaraní, Chiquitano, Moxeño, Guarayo, Movima, Chimane, Itonama, Tacana, Reyesano, Yuracare, Joaquiniano y Weenhayek, Kabineño, Mosetén, Loretano, Ayoreo, Cayubaba, Chácobo, Baure, Canichana y Esse Ejja, Sirionó, Yaminahua, Machineri, Yuki, Moré, Araona, Tapiete, Guarasugwe, Huaracaje, Pacahuara, Maropa y Leco (CEJIS 2020 https://www.cejis.org/sdfasdfasd/).

De éstos últimos, los Guarasuwe, More, Tapiete, Machineri, Yaminahua, Araona, Sirionó, Yuqui y Pacahuara, son pueblos con alta vulnerabilidad en riesgo de etnocidio por su escasa población y por procesos de aculturación social y política. Las poblaciones indígenas más vulnerables son aquellas que viven en zonas geográficas remotas (Amazonas, el Chaco y los Andes), y enfrentan la falta de acceso a servicios, pobreza, y marginación.

Tampoco tienen acceso a servicios de salud, y el sistema de salud no identifica de forma desagregada a enfermos pertenecientes a un pueblo indígena ya que el registro epidemiológico nacional no incluye la autoidentificación étnica. Muchos pueblos indígenas tienen un déficit cuantitativo y cualitativo de médicos, medicamentos, suministros y equipo de protección personal. Se estima que solo hay un médico por cada mil familias, mientras que la Organización Mundial de la Salud estima que debe ser un médico cada 333 personas.

El 10 de marzo de 2020 surgió en Bolivia la pandemia del COVID-19 cuando se detectaron los dos primeros casos de Coronavirus, el gobierno estableció una cuarentena. Desde entonces, el virus se extendió por Bolivia afectando a toda la población.

La situación de los indígenas empeoró por la emergencia sanitaria del Coronavirus y la cuarentena, siendo afectados con: escasez de alimentos, limitación en acceso a servicios de salud, enfermedades preexistentes y alta exposición a otras, vulneración del derecho a consulta, participación y autodeterminación, violencia física y sexual contra mujeres y niñas, poca participación de mujeres en toma de decisiones.

Por falta de información desagregada tampoco es posible identificar y cuantificar riesgos para estas poblaciones ni visibilizar los problemas que tienen en el ejercicio de sus derechos.

22 de los 34 grupos indígenas de las tierras bajas son “altamente vulnerables. “Esas personas sufrirían riesgos de salud desproporcionados, principalmente por la falta de recursos humanos competentes y acceso a servicios básicos (CEJIS, junio de 2020).

En lo que concierne al derecho a educación virtual (on line) de la niñez indígena, estos no tienen acceso a internet o equipamiento como computadoras, tabletas o celulares para estudiar en casa. El gobierno no implementó otras estrategias para el uso de tv o radio para garantizar que el derecho a la educación se respete.
“(La pandemia) está agravando la precaria situación en la que se encuentran hoy la mayoría de los pueblos indígenas. Debe hacerse todo lo posible para garantizar que las respuestas a la pandemia no dejen a nadie atrás”, expresó la ONU a tiempo de pedir acciones específicas para los indígenas.

Plan de respuesta de Unicef
Unicef desarrolló un Plan de respuesta a la emergencia del COVID-19 con un financiamiento de 2.265.890 de bolivianos para apoyar a las poblaciones indígenas en cinco áreas: salud; agua, saneamiento e higiene; nutrición; comunicación y educación.

El organismo internacional priorizó el apoyo a Chiquitanos, Yukis, Yurakaré dado su mayor riesgo de vulnerabilidad: en el primer caso su población es de 91.481 personas, los Yuracaré son 3.394, y los Yukis, 202. Sin embargo, está trabajando en extender su apoyo a otras poblaciones indígenas.

 En Salud: dotación de kits y suministros de bioseguridad para centros de y postas de salud, y brigadas móviles médicas para atender a la población y brindar charlas educativas sobre prevención del COVID- 19.
 Agua, saneamiento e higiene: dotación de estaciones móviles de lavado de manos para la prevención y control de infecciones en pacientes y trabajadores de salud en centros y postas de salud.
 En nutrición: entrega de nutribebé para mejorar la nutrición de niños entre 6 meses a 2 años de edad. Entrega de vitamina A para niños de 1 a 4 años; y promoción de la lactancia materna.
 En comunicación: informar, sensibilizar y generar cambios de comportamiento en la población, con atención principal en niñas, niños, adolescentes, madres, padres y cuidadores, para impulsar actitudes y prácticas positivas en salud, agua y saneamiento, continuidad del aprendizaje y prevención de la violencia.
 En educación: Capacitación a docentes para la enseñanza a distancia. Diseño e implementación de modalidades educativas a distancia incluyendo radio. Entrega de kits de material escolar que incluye libros de lectura.

Fuente: Unicef-Bolivia