Evo y la bicicleta de los Huanca


Carlos Federico Valverde Bravo

Para escribir esta columna de hoy, tenía otros temas: los impuestos a los cocaleros; esa muy mala idea de parlamentarios de oposición, el discurso zalamero de Choquehuanca, relacionado a la corrupción, tan lleno de olvidos y carente de mea culpa, o el freno a exportadores y productores; bah… al aparato productivo cruceño/beniano; temas había, pero, las cosas se cruzan y, al enterarme que este jueves (10) que pasó, E Morales, tuvo que huir (de nuevo); esta vez de las propias bases del MAS. El hombre debió “ocultarse” por unas tres horas, en uno de los cuartos de la Alcaldía de Betanzos y recién de ahí pudo salir “disfrazado”, de manera que no pude menos que jugar con mi imaginación y plantearme de qué pudiera disfrazarse el “escapista” para hacer honor a su nombre y “leyenda”.



Claro, lo primero que se me ocurrió es que podía haber sido una especie de James Bond criollo, pero no lo pude “visualizar” con gafas y traje cruzado… a decir verdad hubiera sido muy evidente ya que él no pudiera peinarse con “raya a un lado”; desechada esa idea, pensé, inmediatamente en el Guasón…digo, por eso de cínico, burlesco, mentiroso, pero… tampoco daba, Mario Cronenbold no estaba para prestarle uno de esos estrambóticos sacos que usa y no había en Betanzos dónde comprar pinturas para su cara, de manera que inmediatamente recordé la película “la bicicleta de los Huanca” y dije que podía ser. Si por acaso el lector piensa, por asociación física, en “el Ricardo” o el “Gumer” (Gumercindo)… creo que no acierta, de manera que les cuento mi conclusión:

Explico: habida cuenta de que Evo Morales fue a Betanzos (la película se hizo en Pucarani, La Paz) a imponer a su candidato, a seguir manipulando para mantener su propio poder y desde ese sitio competir e imponer sus caprichos al presidente Arce Catacora (que parece no enterarse que él es el primer mandatario, cuando de E Morales se trata), no puedo menos que pensar en el mismísimo “Jimmy”, en la película, el dueño de la bicicleta que se hacía pasar por campeón mundial de ciclismo, cuando en realidad era un proveedor de droga que rellenaba la bicicleta con cocaína.

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Quitando lo de “proveedor de droga” (es una casualidad que el personaje de la película se haya dedicado a ello), puede que, por lo que se dice en tantos lugares, se asocie al ex presidente a la misma ocupación u oficio, pero yo no voy hacia allá; y no es que lo “exonere” de nada, es simplemente que no tengo constancia de ello, más allá de que se lo haya vinculado por la vía de sus laderos y algunos colaboradores en el gobierno, a la actividad (Terán, Cutipa, Herrera, otros), de manera que “paso”… y voy al otro Evo Morales, ese que busca mantener “su poder” por encima de cualquier cosa y, tiene fijación con las jóvenes, lo mismo que “el Jimmy”, a quien le robaron la bicicleta “taqueada” del blanco producto que casi siempre sale de las hojas de ese Trópico al que Morales tanto defiende…

En la película, “el Jimmy”, que pasa por una serie de problemas, organiza una carrera en el pueblo; la idea era recuperar su bicicleta o el producto; pues en la vida real, Morales está pensando en su carrera personal, y organiza candidaturas adeptas, porque no está cómodo y parece estar perdiendo poder interno.

No es la primera vez que se da este rechazo a sus candidatos; pasó en Cochabamba, cuando impuso a Nelson Cox, que hasta un día antes oficiaba de “defensor del Pueblo” en ese Departamento y luego se dio esto de Betanzos; en menos de 10 días es la segunda vez que el otrora líder absoluto, es desautorizado; lo de Betanzos (Potosí) tiene otras connotaciones porque los militantes “fueron por él”; no fue un “grupito de desconocidos”, fueron campesinos (no cocaleros) de todo el departamento que desconocieron al candidato impuesto por Morales y, al grito de “No más dedazos, no más corruptos”, terminaron trenzándose a golpes; en realidad, se reclamó “que no se haya respetado la «organicidad» del partido”; ello implica que por primera vez se le exige a Morales que respete a las bases (eso no pasaba cuando era presidente).

De acuerdo a la información de los medios, Morales intentó explicar y no sólo que no fue escuchado sino que debió ser escondido por dirigentes adeptos para evitar se vea envuelto en los puñetes y patadas, refugiándose en cuatros internos de la Alcaldía y, finalmente disfrazándose para poder salir (lo del disfraz es todo un misterio… a ver si en algún momento aparece una fotografía).

Como quiera que no tarda en salir la post verdad de los hechos, pese a lo que se vio en medios y RRSS, acaso este texto sirva para que las cosas queden claras:

“Hemos tenido que salir todos escapando, todos ocultos, disfrazados, yo escapé personalmente, les comento, he pasado el susto más grande de mi vida, porque ha sido un desmán de todos y bueno nunca me había asustado tanto”. (Opinión, Cbba 11/12/20).

Palabras del empresario Orlando Careaga, ex candidato potosino del MAS el 2019 a la gobernación… en fin; la gente aguanta hasta que se cansa. Habrá llegado ese momento? Es muy pronto para concluir que ello es así, pero… sin embargo, algo se mueve.

Habrá que ver que pasó… con la bicicleta de los Huanca… allá en Betanzos

Fuente: eju.tv