Memorias del castrochavismo y el estado populista cocalero

Es necesario insistir en la necesidad de mantener, firme en la memoria, los hechos históricos pues un pueblo que no tiene memoria está condenado a ser manejado y peor aún condenado a repetir la misma historia una y otra vez. De ahí la insistencia que tiene los regímenes totalitarios practicar la posverdad, que consiste en relativizar la verdad construyendo un relato conveniente a los intereses del régimen, con una mínima correspondencia con la realidad y solo para darle algo de salero.

A la caída del comunismo, la izquierda latinoamericana se replantea la estrategia de toma del poder: abandona la lucha de clases y la guerrilla y adopta como estrategia utilizar los mecanismos electorales de la democracia, pero obviamente solo el discurso democrático y no los valores y principios.



El comunismo en Cuba había fracasado y sufrían ¨el periodo especial¨ ahora sin la plata de Rusia, por lo que se morían de hambre. Para su gran suerte en el país más rico de América insurge el Chavismo, que se inicia en 1999 y Hugo Chávez pone la plata y rescata a la dictadura Castrista que agonizaba en su ¨periodo especial¨ y así fundan el Castrochavismo.

María Corina Machado, que lo ha vivido y lo vive en su país, nos cuenta la maravillosa receta con la que los populistas nos adoban y cocinan: “Llegan al poder por vías democráticas para luego cambiar la Constitución y perpetuarse en el poder. Imponen su dominio en el sistema judicial para perseguir a sus adversarios. Toman el control del organismo electoral, para garantizar el triunfo en los futuros comicios, por medio del fraude y del ventajismo. Buscan la hegemonía comunicacional, cerrando o comprando medios televisivos, radiales e impresos. Transforman la economía para de esta forma enriquecerse y dominar las estructuras. Finalmente, asumen abiertamente su dimensión criminal, vinculada al narcotráfico, al terrorismo y otros delitos”.

El Castrochavismo  es una estructura de delincuencia transnacional, organizada y vinculada a los carteles del narcotráfico, que opera como grupos políticos de izquierda y que ha reducido a la indefensión a los pueblos bajo su control. Una estructura que constituye la amenaza más grave para la paz y seguridad de la Región.
Este movimiento llegó a su punto máximo alrededor del año 2015 y con apoyo de Rusia, China e Irán controlaba prácticamente toda Latinoamérica y varias instituciones, entre ellas la OEA. Actualmente bajo el mando de Cuba, controla Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Argentina.

Últimamente y con el retorno del populismo estamos viendo en Bolivia como funciona la maravillosa maquinita del poder: Permite que inmediatamente asume el poder, el oficialismo tenga luz verde coca para perseguir a sus opositores de cualquier color, menos el azul. Tiene la potestad de instruir al poder judicial que declare la inocencia de todos los miembros del ch´enko populista y que les retire todos los procesos judiciales, los libere de cargos y detenciones y los resarza por sus molestias y lo mejor es que procede inmediatamente a perseguir y encarcelar a todo opositor, opositora, opositorex.

Decía James Baldwin: “El mundo cambia en función de cómo lo ven las personas, y si logramos alterar aunque solo sea un milímetro la manera como ellas miran la realidad, entonces podemos cambiarlo”.
En esto, los populistas son unos maestros, por ejemplo nos han convencido de que los Gobernantes son los dueños del Estado y que ellos tienen la potestad de manejarlo a su gusto y placer, tomando las decisiones que más les conviene. Ellos por supuesto se aprovechan de esto, se enriquecen y lo disfrutan. Lo extraño es que el ciudadano también lo cree así, lo acepta y clama a los funcionarios públicos, que por favor atiendan sus necesidades.
Lo absurdo es que no logramos entender que quienes manejan el Estado son “servidores públicos”, que administran el aparato del Estado por mandato y a nombre de los ciudadanos quienes en origen son los verdaderos dueños del Estado.

El “relato” político no se inventó para contar la verdad, sino para ocultarla o para simularla, bastando incluir algunos hechos creíbles o verdaderos para convencer a la audiencia. El relato, la narración, la posverdad, es la llave de todo y en consecuencia el partido y el político que cuente la mejor historia, gana la tuja, gana el poder.

Uno de los grandes maestros del relato y el doble pensar, es nuestro Licenciado Linera, que entre otras cosas nos contó: “No lo abandonen, el presidente Evo, si tiene apoyo construye colegios, si no tiene apoyo regresarán los gringos, regresarán los vendepatrias, regresarán los asesinos y a las wawas les van a quitar todo y no va a haber destino. Va a haber llanto y el sol se va a esconder, la luna se va a escapar y todo va a ser tristeza para nosotros”. Realmente sublime. Jallalla.