El “Castillo” del rey Evo. Posesión en Lima, un tributo a la monarquía…

El “Nuevo Socialismo Narco del Siglo XXI” sorprendió a moros y a cristianos en la posesión de Pedro Castillo a la presidencia del Perú. Que, aprovechando este acto tan importante para una nación, los articuladores políticos de ambos países, enviaron un mensaje para los países de América en general.

El finado Hugo Chávez, se consideraba el portador del sueño de una unión latinoamericana del Libertador Simón Bolívar, así que no dudó en llevar la batuta de América Latina desde el mismo momento en el que accedió al poder en 1999. Su ambición, su deseo de reducir la influencia de Washington en la región, y una importante riqueza petrolífera en sus manos, le llevó a convertirse en el benefactor de un buen número de gobiernos a los que suministró petróleo en condiciones de financiación muy favorables.



Su muerte sacó a la luz un sinfín de preguntas sobre el futuro del chavismo sin su carismático líder y sobre su herencia o legado en el país y en la región. A pesar de que no fue capaz de crear un modelo coherente que pudiera ser replicado o imitado en otras partes del mundo, este se debilitó por la falta de apoyo financiero para sacar adelante proyectos políticos exitosos.

En Bolivia pasaron los tiempos en los que Chávez, tras ayudar a Evo Morales a encaramarse al poder, le regalaba helicópteros, casas prefabricadas, ambulancias y todo tipo de elementos. Y hoy en día, Evo Morales, quiere aparecer como el heredero de Chávez para construir el “Nuevo Socialismo Narco Bolivariano”, sin petróleo, pero con mucha droga para convertirse en el nuevo benefactor de gobiernos afines al negocio del narcotráfico.

Para que nos podamos ubicar en el nuevo contexto del nuevo poder político andino, tenemos que hablar de la producción de coca y de cocaína. En la región andina cada año se registra un mayor aumento de hectáreas de plantaciones de coca, el 70% de los cultivos están en Colombia, el 20% en Perú y el 10% restante en Bolivia, según la ONU y en los mismos puestos están catalogados en la producción de droga y su tráfico a terceros países. ¿Será que Perú y Bolivia se unirán para hacerle la guerra a los colombianos y tratar de quedarse ellos con el mercado de la droga? Pregunta que tiene lógica, cuando el narcotráfico se introdujo en el poder político de dos de los tres países que hablamos.

Ahora bien, en cualquier monarquía absoluta, el rey es el jefe del Estado (en este caso hablamos de estados narcos, que son clandestinos) y como tal, tiene una serie de poderes y este «Soberano» debe ostentar todo ese poder estatal. Y en este su nuevo rol, les propone descaradamente a los peruanos que en “El consejo andino de coca, se incluya a la zona productora de droga de Perú” Aunque ustedes no lo crean. (https://eju.tv/2021/08/el-consejo-andino-de-coca-propuesto-por-evo-incluye-a-zona-productora-de-droga-de-peru/)

Morales en Lima, se sentó en la mesa de los presidentes durante la posesión de Pedro Castillo. El exmandatario ocupó, en muchos casos, lugares reservados para autoridades locales o jefes de Estado, hasta el punto de relegar de una manera vergonzosa a nuestro presidente Luis Arce. (Este hecho, llevó a que el funcionario del país vecino que autorizó esa situación, renuncie)

El rey Andino del Narcotráfico y de la Coca, estuvo sentado a la izquierda del inexperto presidente Pedro Castillo, quien tenía a su diestra nada menos que a Don Felipe, el Rey de España. Un verdadero tributo a las monarquías, una del narcotráfico y la otra de España (Quien se vio degradado y ofendido en el discurso presidencial)

¿Qué hacía Evo Morales ahí? ¿Cómo se le pegó a Castillo, ocupando el sitial de jefe de Estado a la par del monarca español y por encima del presidente y jefe de Estado boliviano? Es la pregunta que muchos bolivianos se hacen, y la respuesta es sencilla: “QUIÉN FINANCIÓ AL ARTISTA TIENE DERECHO AL PALCO DE HONOR” Así de fácil y vergonzoso para los hermanos peruanos.

El rey declarado, tuvo la osadía de llevarle hasta el uniforme, como clara demostración de poder y de sumisión que le debía dar el nuevo presidente peruano. Para que, su juramento presidencial sea visto como un homenaje póstumo a Chávez, por el sombrero, y a él como el nuevo líder regional. Detalles que siempre hay que observar.

Los millones de dólares más que seguro entregados para la campaña electoral del maestro cuestan, y esta vez esos dólares se convirtieron en una palestra para EVO MORALES. Que mejor, que aparecer públicamente con dos de sus servidores en un mismo evento, uno a su derecha y el otro en punta de banca, al final de la mesa como un completo desconocido. (Una verdadera humillación diplomática y publica para Arce Catacora)

Castillo como presidente, dijo que no viviría ni trabajaría en el Palacio de Gobierno para “romper con los símbolos coloniales para acabar con las ataduras de dominación que se han mantenido vigentes por tantos años. Esta declaración más tarde, tendría sentido y una explicación para todos los asambleístas del legislativo peruano (donde la oposición tiene como 102 legisladores de 136), estos le reclamaron, ya que todo acto del presidente tiene que estar debidamente anotado, toda visita tiene que estar registrada, toda salida con hoja de ruta, todo regalo anotado y archivado.

Castillo dejó de ser el maestro, no es un ciudadano normal, es el presidente del Perú. Salvo que el poder del Rey, ordene, no cumplir con las normas y las leyes, para poder juntarse a su antojo con quienes quieren manejar el poder detrás del trono y luego que sus abogados monárquicos resuelvan a futuro sus problemas ilegales, de esta manera gobernar tranquilo y feliz, tal como lo hizo el pedófilo en Bolivia.

Alerta BOLIVIA y PERÚ que el reinado de la coca sustituirá la democracia, comienza la era del Socialismo Narco del Siglo XXI. “A erradicar narices que no quieran drogas, a fomentar el turismo de mulas, a capacitar pilotos que puedan coronar con éxito sus entregas” será la nueva consigna del reinado chapareño…

Recordemos que “Una vez terminado el juego, el rey y el peón, vuelven a la misma caja”.